Datos personales
Información sobre Bernard Herrmann | Datos |
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Nombre completo | Bernard Maximillian Herrmann |
Fecha de nacimiento | 29 de junio de 1911 |
Fecha de fallecimiento | 24 de diciembre de 1975 (64 años) |
Altura | 1,73 m |
País de origen | Estados Unidos |
Formación | New York University, Juilliard School |
Enlaces de interés | Entrevista a Bernard Herrmann |
Biografía completa


Bernard Herrmann nació el 29 de junio de 1911 en Nueva York, en el seno de una familia judía de origen ruso. Su padre, Abram Dardik Herrmann, era óptico de profesión, un hombre severo pero con gran pasión por la música, que se ocupó de que sus hijos crecieran rodeados de partituras y discos. Su madre, Ida Gorenstein, fue ama de casa y la encargada de alimentar en Bernard y su hermano mayor, Louis, la sensibilidad artística. La familia vivía en el Bronx, el popular barrio neoyorkino que en aquellos años bullía con la mezcla de culturas de inmigrantes europeos.
Desde niño, Bernard mostró un carácter obstinado y una curiosidad insaciable. No tardó en demostrar que lo suyo no era la música. Su padre lo llevaba a conciertos de la Filarmónica de Nueva York y le regalaba partituras que el pequeño devoraba con avidez. Con veinte años ya dirigía una pequeña orquesta de barrio que él mismo había fundado: la New York Chamber Orchestra, en la que se curtió como director y organizador.
Herrmann estudió primero en la New York University, donde tuvo como maestro a Percy Grainger, pero pronto dio el salto a la Juilliard School, la cantera de grandes músicos estadounidenses. Allí recibió formación en dirección orquestal y composición, y ahondó su admiración a compositores como Ives o Stravinsky.
A diferencia de otros compañeros, Herrmann exploraba armonías insólitas, timbres ásperos y estructuras poco convencionales. No buscaba agradar: buscaba sorprender, incluso incomodar. Esa rebeldía artística se convirtió en su sello personal.
En los años treinta, antes de llegar al cine, comenzó trabajando en radio. Se incorporó como director musical en la Columbia Broadcasting System (CBS), donde coincidió con Orson Welles en el célebre programa The Mercury Theatre on the Air. Juntos vivirían un episodio que pasó a la historia: la emisión de La guerra de los mundos en 1938, cuya banda sonora y atmósfera sonora ayudó a crear Herrmann. Ese fue su trampolín a la fama, porque el propio Welles le daría su primera gran oportunidad.
Carrera como compositor de música para cine
Su gran oportunidad se la dio un jovencísimo Orson Welles que tenía ganas de redefinir el lenguaje cinematográfico en su siguiente película, Ciudadano Kane (1941), y para la música eligió a Herrmann por su colaboración anterior en la radio. Fue un acierto total, porque compuso una partitura que no sonaba a “música de estudio” como la que entonces inundaba Hollywood, sino a algo nuevo, narrativo, psicológico.
Para la película apostó por motivos cortos, repetitivos y atmosféricos, que retrataban la psicología del protagonista, en ella introdujo un uso experimental del leitmotiv, cada etapa de Kane tiene una identidad musical distinta. La banda sonora no tiene una gran melodía central al estilo clásico, sino un conjunto de motivos que reflejan la dualidad del protagonista: poder y vacío.
La partitura de le valió a Herrmann una nominación al Oscar, pero la estatuilla la consiguió ese mismo año con otra obra maestra, El hombre que vendió su alma (The Devil and Daniel Webster, 1941). En su primer año como compositor de cine, logró ser candidato con dos trabajos distintos en la 14 edición de los premios de la Academia y llevarse la victoria con uno de ellos.
Desde su debut apoteósico con Ciudadano Kane y El hombre que vendió su alma, Herrmann demostró que no era un compositor cualquiera. Con su estilo minimalista pero intenso, marcó un antes y un después en la música para el cine. Su colaboración con Hitchcock fue legendaria, creando partituras inolvidables como Con la muerte en los talones, Los pájaros y, por supuesto, la icónica Psicosis, donde convirtió un simple chirrido de cuerdas en uno de los sonidos más aterradores de la historia del cine.

Herrmann no se conformaba con las fórmulas clásicas de Hollywood. En Ultimátum a la Tierra (1951), utilizó theremines, un instrumento electrónico, para crear una atmósfera alienígena que rompió con las convenciones de la época. Su creatividad también brilló en Taxi Driver (1976), su última obra, donde sus acordes cargados de tensión reflejaban a la perfección el tormento interno del protagonista. Martin Scorsese quedó tan impresionado por su trabajo que no dudó en decir que Herrmann fue esencial para captar la esencia de la película.
Lejos de limitarse a un solo género, trabajó también en películas de fantasía como Viaje al centro de la Tierra (1959) y Jason y los argonautas (1963), donde su música épica añadía una dimensión extra a las aventuras en pantalla. Cada una de sus composiciones poseía una personalidad propia, reforzando el alma de las historias que acompañaba.
Carrera y obras fuera del cine
Aunque el cine fue su gran amor, también trabajó en radio y televisión. Además de su colaboración ya comentada con Orson Welles en los programas de radio «Columbia Workshop» y «Mercury Theatre on the Air», participó en la serie original de The Twilight Zone, además de componer el tema de cabecera y cierre de la 1.ª temporada (1959–60), escribió la música para siete episodios entre 1959 y 1963.
Otras series en las que fue el responsable de la música o participó fueron los western Cimarrón y Un cuchillo en la oscuridad.
Filmografía completa de Bernard Herrmann
Título en España | Título original | Año de estreno |
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Ciudadano Kane | Citizen Kane | 1941 |
El hombre que vendió su alma | The Devil and Daniel Webster | 1941 |
El cuarto mandamiento | The Magnificent Ambersons | 1942 |
Jane Eyre | Jane Eyre | 1944 |
Concierto macabro | Hangover Square | 1945 |
Ana y el rey de Siam | Anna and the King of Siam | 1946 |
El fantasma y la señora Muir | The Ghost and Mrs. Muir | 1947 |
Studio One | Studio One | 1948 |
Ultimátum a la Tierra | The Day the Earth Stood Still | 1951 |
La casa en la sombra | On Dangerous Ground | 1951 |
Las nieves del Kilimanjaro | The Snows of Kilimanjaro | 1952 |
Operación Cicerón | 5 Fingers | 1952 |
La hechicera blanca | White Witch Doctor | 1953 |
Beneath the Twelve Mile Reef | Beneath the Twelve Mile Reef | 1953 |
Sinuhé, el egipcio | The Egyptian | 1954 |
El jardín del diablo | Garden of Evil | 1954 |
El hombre de Kentucky | The Kentuckian | 1955 |
Pero… ¿quién mató a Harry? | The Trouble With Harry | 1955 |
El hombre que sabía demasiado | The Man Who Knew Too Much | 1956 |
Falso culpable | The Wrong Man | 1956 |
Un sombrero lleno de lluvia | A Hatful of Rain | 1957 |
Vértigo | Vertigo | 1958 |
Simbad y la princesa | The 7th Voyage Of Sinbad | 1958 |
Con la muerte en los talones | North by Northwest | 1959 |
Psicosis | Psycho | 1960 |
El cabo del terror | Cape Fear | 1962 |
Jasón y los argonautas | Jason and the Argonauts | 1963 |
Marnie, la ladrona | Marnie | 1964 |
Alegre amanecer | Joy in the Morning | 1965 |
Fahrenheit 451 | Fahrenheit 451 | 1966 |
Nervios rotos | Twisted Nerve | 1968 |
Hermanas | Sisters | 1973 |
¡Estoy vivo! | It’s Alive | 1974 |
Taxi Driver | Taxi Driver | 1976 |
Fascinación | Obsession | 1976 |
Sigue vivo | It’s Alive 2: It Lives Again | 1978 |
Premios y nominaciones
Organismo y Año | Película | Resultado |
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Oscar (1942) | El hombre que vendió su alma | Ganador – Mejor Banda Sonora (Drama) |
Oscar (1942) | Ciudadano Kane | Nominado – Mejor Banda Sonora (Drama) |
Oscar (1947) | Ana y el rey de Siam (Anna and the King of Siam) | Nominado – Mejor Banda Sonora (Drama o Comedia) |
Oscar (1977) | Fascinación | Nominado – Mejor Banda Sonora Original |
Oscar (1977) | Taxi Driver | Nominado – Mejor Banda Sonora Original |
Globo de Oro (1952) | Ultimátum a la Tierra | Nominado – Mejor Banda Sonora Original |
BAFTA (1977) | Taxi Driver | Ganador – Premio Anthony Asquith a la mejor música |
Curiosidades sobre Bernard Herrmann
- Odiaba las convenciones: Si un director le pedía una orquesta grandiosa, él respondía con una solitaria sección de cuerdas. Y funcionaba.
- Compuso la música de Psicosis en apenas unos días: Y lo hizo con un presupuesto reducido, demostrando que el talento siempre se impone a las limitaciones.
Bernard Herrmann y Twisted Nerve
En 1968, Herrmann compuso para la película británica Nervios rotos (Twisted Nerve – 1969) una melodía aparentemente sencilla: un silbido hipnótico que acompañaba al protagonista (Hywel Bennett), un joven con tendencias psicóticas. La pieza, que en su estreno pasó casi desapercibida, acabaría convirtiéndose en una de las creaciones más populares e inquietantes del compositor.
Décadas después, Quentin Tarantino —gran devoto de Herrmann— rescató ese mismo silbido para Kill Bill Vol. 1 (2003). En la escena en la que Daryl Hannah recorre un hospital donde está ingresada Uma Thurman vestida de enfermera, el eco de esa melodía convirtió un pasillo anodino en un corredor de terror puro. El tema se volvió un fenómeno pop, siendo ese 2003 el tono de móvil más descargado y permaneciendo en la memoria de muchos fans que ni siquiera han visto Twisted Nerve o incluso saben de su existencia.
El propio Herrmann nunca imaginó que aquel silbido, tan perturbador como infantil, se transformaría en un icono de la cultura popular, y una de las mejores reutilizaciones del propio Tarantino, que acostumbra a reciclar a menudo músicas, planos, y otros recursos del cine clásico para sus películas.
Herrmann inspira a Williams para Tiburón
En Psicosis (1960), Bernard Herrmann demostró que el miedo podía nacer de lo más simple: unos violines agudos, cortantes como cuchillos, sin melodía ni adornos. Aquel sonido minimalista y brutal convenció incluso a Hitchcock, que inicialmente no quería música en la escena de la ducha.
Quince años después, John Williams recogió la lección para Tiburón (Jaws – 1975). Su famoso “chan-chan, chan-chan” —dos notas repetidas hasta el infinito— fue concebido como un eco animal del recurso herrmanniano. Si en Psicosis las cuerdas eran cuchillas que caían sobre Marion Crane, en Tiburón los contrabajos y tubas son las fauces invisibles que se acercan a los bañistas.
Williams siempre reconoció esa influencia: Herrmann le enseñó que a veces menos es más, y dos notas bien usadas pueden aterrar más que cien violines.
Legado en el cine

El impacto de Herrmann en la industria es incuestionable. Su técnica y estilo siguen inspirando a compositores modernos como Hans Zimmer y John Williams. Fue pionero en el uso de instrumentos inusuales y estructuras musicales poco convencionales, desafiando las normas establecidas y redefiniendo cómo debía sonar el cine.
Su capacidad para crear tensión con mínimos elementos —como hizo en Psicosis con una orquesta compuesta exclusivamente por cuerdas— abrió las puertas a nuevas formas de narrar historias a través del sonido. Quentin Tarantino, Danny Elfman y muchos otros han citado a Herrmann como una influencia directa en su trabajo, probando que su huella musical trasciende generaciones.
No solo cambió el cine de suspense y terror; también contribuyó a la evolución de la ciencia ficción, aportando un carácter innovador y futurista que sigue resonando en películas actuales. En cada acorde suyo, hay una lección de riesgo, creatividad y, sobre todo, un amor inquebrantable por el arte de contar historias con música.
Bandas sonoras de Bernard Herrmann
Hemos hecho una recopilación con los mejores temas del compositor, para que puedas escuchar esta playlist y rememorar sus bandas sonoras melódicas y sus inquietantes composiciones.
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