¿Quién era Claudia Cardinale?
Datos | Información |
---|---|
Nombre completo | Claudia Giuseppina Rose Cardinale |
Fecha de nacimiento | 15 de abril de 1938 |
Lugar de nacimiento | La Goulette, Túnez (protectorado francés) |
Altura | 1,73 m |
País de origen | Italia, Francia |
Formación | Centro Sperimentale di Cinematografia de Roma |
Años en activo | 1958 – Actualidad |
Biografía de Claudia Cardinale


Claude Joséphine Rose Cardinale nació el 15 de abril de 1938 en La Goulette, barrio portuario de Túnez que entonces era protectorado francés. Su padre, Francesco Cardinale, era maquinista de ferrocarril y natural de Gela (Sicilia). Su madre, Yolande Greco, procedía de una familia siciliana afincada en Túnez dedicada al negocio marítimo como armadores mercantes, y había nacido en la Tripolitania italiana (actual Libia). De ese cruce de raíces mediterráneas le vino ese aire indómito y cosmopolita que siempre la caracterizó.
Creció en una comunidad italo-tunecina multilingüe: en casa se hablaba francés, en la calle aprendió árabe tunecino y en la mesa escuchaba el siciliano de su padre. Curiosamente, no aprendió italiano hasta que empezó a rodar películas, lo que explica su acento tan particular que la acompañaría toda su vida.
Estudió primaria en el Saint-Joseph-de-l’Apparition de Cartago y secundaria en el Institut Paul Cambon, donde se graduó inicialmente con la idea de ser maestra. Sus profesores la definían como “callada, algo salvaje… y fascinada por Brigitte Bardot”, que por entonces era el referente absoluto de feminidad y libertad para las chicas europeas de los 50.
Todo cambió en 1957. Durante la Semana del Cine Italiano en Túnez, cuando ganó el concurso de belleza “La ragazza italiana più bella di Tunisi”, cuyo premio incluía un viaje al prestigioso Festival de Venecia. Allí captó la atención de productores italianos, entre ellos Franco Cristaldi, que no solo marcaría su carrera sino también su vida personal.
Le ofrecieron una beca para formarse en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Roma, aunque Claudia apenas aguantó unos meses en Italia: decía sentirse “muerta de nostalgia” y no hablaba ni una palabra de italiano porque como dijimo, lo aprendió después cuando empezó a rodar en el país.
Carrera como actriz
En 1958, aceptó su primer papel en un largometraje: fue Goha, dirigida por Jacques Baratier y rodada en Túnez junto a un jovencísimo Omar Sharif. El filme compitió en Cannes y obtuvo el Premio del Jurado, un debut más que prometedor para alguien que había llegado casi por accidente a la industria.

Poco después —también en 1958— rodó Rufufú (I soliti ignoti), bajo las órdenes de Mario Monicelli y con Vittorio Gassman y Marcello Mastroianni. Esa comedia de atracadores fue su primer film italiano y el que la convirtió en rostro popular dentro de la industria de su país.
Siendo ya una cara conocida participó junto a varias compañeras de clase en el cortometraje Anneaux d’or (1959), dirigido por René Vautier y premiado en Berlín. Aunque la vocación de Claudia por actuar todavía no era fuerte, estos primeros pasos dieron pie al verdadero trampolín de la actriz, que sin saberlo, estaba a un paso de convertirse en la estrella italiana más grande de los próximos años.
Años 60: La década de oro
La década de los 60 fue el trampolín definitivo para Claudia Cardinale, que dejó de ser una promesa exótica llegada de Túnez para convertirse en una actriz admirada por su talento, su temperamento y una belleza que fascinaba tanto a los directores como al público.

Su primer gran papel protagonista llegó con La chica con la maleta (La ragazza con la valigia, 1961), dirigida por Valerio Zurlini. El director buscaba una actriz capaz de mezclar vulnerabilidad y orgullo, y vio en Cardinale justo esa mezcla de inocencia y carácter.
Interpretaba a Aida, una joven mujer abandonada por su amante que inicia una relación ambigua con el hermano menor del hombre que la ha dejado tirada. El film es un melodrama neorrealista que ofreció a Claudia un papel mucho más complejo permitiéndole brillar no solo por su físico sino por su capacidad para transmitir emociones.
Al año siguiente, dio un giro hacia la aventura ligera con Cartouche, el bandido (Cartouche, 1962), una coproducción franco-italiana dirigida por Philippe de Broca. Aquí compartía cartel con un Jean-Paul Belmondo en pleno auge y se desenvolvió perfectamente en una comedia de capa y espada, encarnando a Venus, la compañera y amante del protagonista.

El tono era descarado, casi irreverente, y Claudia encajó a la perfección en ese cine popular que pedía heroínas bellas, divertidas y con carácter. El éxito comercial fue rotundo en Francia e Italia, consolidando su estatus en el mercado europeo y también en México al otro lado del charco.
Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó en 1963, un año que prácticamente podría escribirse solo con su nombre en letras de oro, porque participó en dos de las películas del cine italiano y mundial más importantes.


Primero en Ocho y medio (8½) de Federico Fellini, donde interpretaba a la musa idealizada del director Guido Anselmi, Marcello Mastroianni. Fellini buscaba una actriz que encarnara la belleza como refugio del creador, y no dudó en elegir a Claudia por su magnetismo natural. Aunque su papel era muy corto, apenas sale 10 minutos, su imagen quedó inmortalizada como una de las grandes fantasías visuales del cine. La película ganó el Oscar a Mejor película extranjera y la Palma de Oro en Cannes, y sigue siendo considerada una obra maestra absoluta.

Y después llegó El gatopardo (Il Gattopardo), de Luchino Visconti, donde encarnó a Angelica Sedara, una joven burguesa que asciende socialmente tras a su matrimonio con Alain Delon y que simboliza el cambio de era en la Sicilia del siglo XIX. Visconti la eligió personalmente para su gran obra que fue Palma de Oro en Cannes y sigue siendo referente del mejor cine italiano.
Hollywood llama y despega su carrera internacional
Y por si fuera poco, remató el año con La pantera rosa (The Pink Panther), dirigida por Blake Edwards y protagonizada por Peter Sellers y David Niven. Cardinale interpretaba a la Princesa Dahla, heredera del valiosísimo diamante sobre el que giraba toda la trama y enredos de esta genial comedia Fue la novena película más taquillera de 1964 y precursora de una de las sagas más famosas con el Inspector Clouseau a la cabeza.

En ese único año, 1963, Claudia Cardinale pasó de ser una estrella prometedora a convertirse en un mito internacional del cine. Su imagen quedó asociada a los grandes maestros, y a proyectos internacionales repletos de estrellas, y su nombre ya figuraba entre las actrices más deseadas, respetadas y cotizadas del momento.
En 1964 alternaba Hollywood y Europa con resultados dispares, trabajó en El fabuloso mundo del circo (Circus World), una superproducción dirigida por Henry Hathaway y protagonizada por nada menos que John Wayne y Rita Hayworth donde interpretaba a la hija secreta de Hayworth y estrella emergente del circo.

Y un año después rodó Misión secreta (Blindfold – 1965) junto a Rock Hudson, thriller ligero con toques de comedia, pero también volvió con Luchino Visconti, en una obra poco conocida del cineasta, Sandra (Vaghe Stelle dell’Orsa), un drama de raíces clásicas y ambiente teatral sobre la hija de un fallecido en el campo de concentración de Auschwitz.
Tras una floja repercusión en taquilla volvió a las superproducciones con Los profesionales de Richard Brooks (nominado al Oscar), en cartelera con Burt Lancaster y Lee Marvin, y Mando perdido (Lost Command – 1966), adaptación del bestseller Les Centurions sobre la guerra de independencia de Argelia.

Dirigida por Mark Robson y protagonizada por Anthony Quinn, Cardinale encarnaba a Aicha, una mujer argelina atrapada en el conflicto entre su pueblo y el ejército francés, y aunque la película tenía claras intenciones de denuncia y de aproximación a la herida colonial, pasó sin demasiado eco crítico, le costaba volver a encontrar un personaje que la hiciera destacar.
Y entonces llegó 1968, y con él el papel que marcaría para siempre su carrera: Jill McBain en Hasta que llegó su hora (Once Upon a Time in the West), bajo la dirección del mejor Sergio Leone y junto a Henry Fonda y Charles Bronson. El director buscaba romper con los clichés del western clásico y dar a un personaje femenino el peso central, algo inédito hasta entonces en el género, y Claudia fue la elegida por su capacidad para combinar sensualidad, fuerza y vulnerabilidad.


Su personaje, una ex-prostituta que hereda unas tierras estratégicas, es la única que sobrevive a la violencia de los hombres y la única que consigue construir un futuro. El film, acompañado por la legendaria banda sonora de Ennio Morricone, permitió a Jill ser el auténtico corazón del relato.
Once Upon a Time in the West dividió a la crítica en su estreno, pero hoy es considerada una obra maestra y la cima del spaghetti western, por encima de El bueno, el feo y el malo. El personaje de Claudia Cardinale quedó para siempre una de las interpretaciones más celebradas de su carrera.
Los agitados años 70 y 80
Tras el éxito comercial de los spaghetti westerns protagonizado por grandes estrellas femeninas, en 1971 surgió Las petroleras (Les Pétroleuses). Un proyecto que no tenía mayor pretensión que aprovechar la imagen internacional de sus dos protagonistas, Claudia y Brigitte Bardot, y lucirlas en duelos verbales, peleas barrocas y vestuario ajustado, todo bajo el envoltorio de una comedia ligera.

En el film, dos mujeres fuertes se enfrentaban en dos bandos contrarios, y un rancho como premio final. Bardot interpretaba a Frenchie King, líder de una banda de hermanas forajidas; Cardinale a Marie Sarrazin, propietaria que se quería hacer con el rancho que había ocupado Frenchie.
A día de hoy ha quedado como un curioso western paródico en el que Bardot y Cardinale compartieron plano y más química que el guión. La actriz defendió la película como “un juego simpático que nadie debía tomarse demasiado en serio”.
Tras ésta peculiaridad de la década, comenzó a alejarse de los grandes proyectos internacionales para enfocarse en un cine más íntimo, político y con carga social, sobre todo en Italia. Fue entonces cuando inició una fructífera colaboración profesional —y también personal— con el director Pasquale Squitieri, que la acompañaría durante más de 40 años en su vida.

Su primera gran película juntos fue Hermanos de Sangre (I guappi – 1974), un drama ambientado en la Italia de finales del siglo XIX que exploraba la corrupción, la pobreza y el poder casi intocable de la Camorra napolitana. La crítica italiana valoró su interpretación por su contención y realismo, alejándose del glamour que la había definido en la década anterior para abrazar personajes más de carne y hueso, llenos de contradicciones.
En 1977 volvió a ponerse a las órdenes de Squitieri en La fuerza del silencio (Il prefetto di ferro), esta vez en un papel más secundario pero dentro de una película de mayor ambición política. Basada en hechos reales, contaba la historia del prefecto Cesare Mori, el hombre que intentó desmantelar la mafia siciliana en los años 20. La película apenas tuvo reconocimiento fuera de Italia, pero allí fue un éxito notable.

Ese mismo año también dio vida a un personaje bíblico, la mujer adúltera del Nuevo Testamento, en la prestigiosa miniserie internacional Jesús de Nazareth, dirigida por Franco Zeffirelli y producida por la RAI y ITC films. Fue una superproducción con un reparto estelar que reunía a nombres como Robert Powell (en el papel de Jesús), Anne Bancroft, James Mason, Peter Ustinov, Anthony Quinn, Ernest Borgnine, Christopher Plummer y Laurence Olivier.
Aunque su presencia en la historia es puntual, su personaje sólo sale en un capítulo, formaba parte de este mastodóntico casting que tuvo esta serie con gran repercusión internacional.
Jesús de Nazareth fue un rotundo éxito de audiencia tanto en España (donde se emitió por primera vez en 1980 por TVE y se repuso varias veces en Semana Santa durante los años siguientes). Y en Italia y Reino Unido se convirtió en un clásico televisivo casi instantáneo.
Y en 1982 dio un giro radical volviendo al cine internacional con Fitzcarraldo película alemana, bajo la batuta del siempre extremo Werner Herzog. En una epopeya sobre la obsesión y el delirio humano en la que Claudia interpretaba a Molly, la leal pareja del protagonista interpretado por Klaus Kinski.


El rodaje fue legendario por sus problemas y por la tensión constante entre Herzog y Kinski, pero la película acabó siendo un éxito crítico, y obtuvo el Premio al Mejor Director en Cannes y se convirtió en una obra de culto.
Reconocimientos y nostalgia en los años posteriores
A partir de los años 90, Claudia se volcó en papeles más íntimos y emotivos, alternando cine de autor, dramas históricos y participaciones nostálgicas que apelaban directamente a su estatus de leyenda viva del cine.

En 1991 protagonizó Mayrig, donde interpretaba a la madre del protagonista y personaje que da nombre a la película, junto a ella, el padre de Azid era Omar Sharif, actor con el que curiosamente había debutado con Goha en 1958. La película fue un éxito en Francia y uno de los grandes títulos de Cardinale en su etapa más madura, su interpretación es uno de sus trabajos más sinceros y conmovedores.
En 1993, regresó al universo del director Blake Edwards con El hijo de la pantera rosa, una entrega menor dentro de la saga, con Sellers ya fallecido protagonizada por Roberto Benigni. Cardinale recuperaba su papel de la Princesa Dala como guiño nostálgico para los fans de la serie, aunque la película fue mal recibida y está lejos del brillo de las primeras entregas.
Ya en los siguientes años siguió apareciendo en producciones europeas de menos envergadura, pero en 2010 volvió a brillar con Signora Enrica (Sinyora Enrica ile Italyan Olmak), una comedia dramática turco-italiana donde interpretaba a una mujer madura que acoge en su casa a un estudiante turco. Su interpretación fue reconocida con el Premio a Mejor Actriz en el Festival de Antalya, un premio que la reconcilió con su trabajo después de muchos años.

Desde entonces, Claudia ha aparecido de forma esporádica en películas francesas e italianas, siempre con papeles pequeños pero elegidos con cuidado. Su última aparición en pantalla, hasta la fecha, fue en la película francesa Bronx (2020), aunque en un papel muy breve.
Tras más de seis décadas frente a las cámaras y sin haber anunciado su retirada oficialmente, Claudia Cardinale ha cerrado su filmografía —por ahora— pero ha dejado una huella imborrable en el cine italiano, europeo, e internacional.
Vida personal y activismo
Fuera de cámaras, Claudia mantuvo una vida privada apasionante y algo turbulenta. Su relación con el poderoso productor Franco Cristaldi estuvo llena de altibajos, lo conoció a finales de los años 50, al comienzo de su carrera en el cine.

El productor la hizo un contrato en exclusiva para su compañía, Vides Cinematografica. Pero su relación profesional se transformó rápidamente en una relación sentimental. Se casaron en 1966 y desde entonces además de su cónyuge, fue también su mentor y representante.
Además, la pareja adoptó oficialmente al hijo de Claudia, Fabrizio, que fue origen de una violación de la actriz cuando vivía en Túnez, y que mantuvo oculto durante muchos años para preservar su carrera y evitar la presión social de un estigma que todavía era muy fuerte en aquellos años.
Fue una época de crecimiento pero también convulsa, la relación con Franco era excesivamente controladora y paternalista por lo que finalmente se divorciaron en 1975.
Un año antes, cuando estaba rodando l guappi, conoció a Pasquale Squitieri, y la atracción mutua fue inmediata y arrolladora. Su historia de amor es una de las más intensas y duraderas del cine italiano, marcada por la pasión, la complicidad artística y una profunda conexión personal.

Aunque nunca se casaron legalmente, Claudia y Pasquale vivieron juntos durante más de 25 años, fruto de esta unión nació Claudia Squitieri, quien ha seguido una carrera más discreta, pero siempre cercana al mundo del arte y la cultura.
Los dos trabajaron juntos en más de diez películas, consolidando un sólido tándem artístico que explotaba las mejores virtudes de cada uno, y su relación sentimental se mantuvo hasta 1999, aunque siguieron manteniendo el contacto hasta que Pasquale falleció en 2017, cuando ella dijo:
“Fue el único amor de mi vida. El único hombre que realmente amé.”
Desde el año 2000, Claudia es Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO para la Defensa de los Derechos de la Mujer. Fue nombrada oficialmente el 7 de marzo de ese año en una ceremonia en la sede de la organización en París, y desde entonces, ha utilizado su fama y prestigio para visibilizar la lucha contra la discriminación de género, la pobreza, la violencia y la marginación de mujeres y niños en todo el mundo.
Actualmente La Cardinale, como la llamaban sus compañeros, vive en Francia, cerca de sus dos hijos Patrizio Cristaldi y Claudia Squitieri, donde lleva una vida tranquila rodeada de los suyos.
Películas de Claudia Cardinale
La filmografía de la actriz es eminentemente extensa, con más de 100 películas además de series de televisión, documentales y trabajos en el teatro. A continuación te mostramos una tabla con sus películas más importantes.
Desplegar para ver tabla con todas sus películas
Título en español | Título original | Año de estreno |
---|---|---|
Rufufú | I soliti ignoti | 1958 |
3 extranjeras en Roma | 3 straniere a Roma | 1958 |
El día del amor | Goha | 1958 |
Viento del sur | Vento del sud | 1959 |
Las pícaras doncellas | Upstairs and Downstairs | 1959 |
Un maldito embrollo | Un maledetto imbroglio | 1959 |
Las bodas venecianas | La prima notte | 1959 |
El magistrado | Il magistrato | 1959 |
Rufufú da el golpe | Audace colpo dei soliti ignoti | 1959 |
Anneaux d’or (cortometraje documental) | Anneaux d’or | 1959 |
Rocco y sus hermanos | Rocco e i suoi fratelli | 1960 |
El bello Antonio | Il bell’Antonio | 1960 |
Juventud corrompida | I delfini | 1960 |
Austerlitz | Austerlitz | 1960 |
Los leones andan sueltos | Les lions sont lâchés | 1961 |
La calle del vicio | La viaccia | 1961 |
La chica con la maleta | La ragazza con la valigia | 1961 |
Auguste | Auguste | 1961 |
Senilidad | Senilità | 1962 |
Cartouche | Cartouche | 1962 |
La pantera rosa | The Pink Panther | 1963 |
La chica de Bube | La ragazza di Bube | 1963 |
El gatopardo | Il Gattopardo | 1963 |
Ocho y medio | 8½ | 1963 |
Celos a la italiana | Il magnifico cornuto | 1964 |
Los indiferentes | Gli indifferenti | 1964 |
El fabuloso mundo del circo | Circus World | 1964 |
Sandra | Vaghe Stelle dell’Orsa | 1965 |
Misión secreta | Blindfold | 1965 |
Los profesionales | The Professionals | 1966 |
Mando perdido | Lost Command | 1966 |
Las cuatro brujas | Le fate | 1966 |
Una rosa para todos | Una rosa per tutti | 1967 |
No hagan olas | Don’t Make Waves | 1967 |
Los héroes están muertos | The Hell with Heroes | 1968 |
Guapa, ardiente y peligrosa | Ruba al prossimo tuo | 1968 |
El día de la lechuza | Il giorno della civetta | 1968 |
Hasta que llegó su hora | C’era una volta il West | 1968 |
En el año del Señor | Nell’anno del Signore | 1969 |
La tienda roja | The Red Tent | 1969 |
Cierto, ciertísimo, bastante… Probable | Certi, certissimi… anzi probabili | 1969 |
Las aventuras de Gerard | The Adventures of Gerard | 1970 |
Popsy Pop contra Papillón | Popsy Pop | 1971 |
Las petroleras | Les pétroleuses | 1971 |
Bello, honesto, emigrado a Australia quiere casarse con chica intocada | Bello, onesto, emigrato Australia sposerebbe compaesana illibata | 1971 |
El clan de los marselleses | La scoumoune | 1972 |
La audiencia | L’udienza | 1972 |
Días de furia | Fury | 1973 |
Hermanos de sangre | I guappi | 1974 |
Confidencias | Gruppo di famiglia in un interno | 1974 |
Cita al final del camino | Qui comincia l’avventura | 1975 |
Libertad, amor mío | Libera, amore mio… | 1975 |
La ronda del placer | A mezzanotte va la ronda del piacere | 1975 |
El sentido del pudor | Il comune senso del pudore | 1976 |
Jesús de Nazaret (miniserie) | Jesus of Nazareth | 1977 |
La fuerza del silencio | Il prefetto di ferro | 1977 |
Vestida de terciopelo azul | La petite fille en velours bleu | 1978 |
Poder y corrupción | La part du feu | 1978 |
Agente doble | Goodbye e Amen | 1978 |
Corleone | Corleone | 1978 |
Evasión en Atenea | Escape to Athena | 1979 |
Si salvi chi vuole | Si salvi chi vuole | 1980 |
La piel | La pelle | 1981 |
La salamandra roja | The Salamander | 1981 |
Fitzcarraldo | Fitzcarraldo | 1982 |
El regalo | El regalo | 1982 |
El rufián | Le ruffian | 1983 |
La amante de Mussolini | Claretta | 1984 |
Enrique IV | Enrico IV | 1984 |
El próximo verano | L’été prochain | 1985 |
La donna delle meraviglie | La donna delle meraviglie | 1985 |
Un hombre enamorado | Un homme amoureux | 1987 |
Historia de una revolución | La révolution française | 1989 |
Acto de contrición | Atto di dolore | 1990 |
La batalla de los tres reyes | La batalla de los tres reyes | 1990 |
Mayrig | Mayrig | 1991 |
Calle Paraíso 588 | 588 Rue Paradis | 1992 |
El hijo de la pantera rosa | Son of the Pink Panther | 1993 |
Un verano en La Goulette | Un été à La Goulette | 1995 |
Riches, belles, etc. | Riches, belles, etc. | 1998 |
Los llamaron… ¡bandidos! | Li chiamarono… briganti! | 1999 |
Y ahora, damas y caballeros | And Now… Ladies and Gentlemen | 2002 |
Cherche fiancé tous frais payés | Cherche fiancé tous frais payés | 2007 |
Le fil | Le fil | 2009 |
Sinyora Enrica ile Italyan Olmak | Sinyora Enrica ile Italyan Olmak | 2010 |
Un balcon sur la mer | Un balcon sur la mer | 2010 |
Father | Father | 2011 |
El artista y la modelo | El artista y la modelo | 2012 |
Gebo y la sombra | Gebo e a Sombra | 2012 |
Joy de V. | Joy de V. | 2013 |
Effie Gray | Effie Gray | 2014 |
Les Francis | Les Francis | 2014 |
Ultima fermata | Ultima fermata | 2014 |
Todos los caminos conducen a Roma | All Roads Lead to Rome | 2015 |
Una gita a Roma | Una gita a Roma | 2017 |
Bronx | Bronx | 2020 |
Premios y nominaciones
Organismo y Año | Película y Premio | Resultado |
---|---|---|
SNCCI – Nastro d’Argento, 1965 | La ragazza di Bube – Mejor Actriz | Ganadora |
David di Donatello, 1968 | El día de la lechuza – Mejor Actriz | Ganadora |
David di Donatello, 1972 | A Girl in Australia – Mejor Actriz | Ganadora |
David di Donatello, 1982 | La piel – Mejor Actriz de reparto | Nominada |
SNCCI – Nastro d’Argento, 1981 | La piel – Mejor Actriz de reparto | Ganadora |
SNCCI – Nastro d’Argento, 1985 | La amante de Mussolini – Mejor Actriz | Ganadora |
Festival de Antalya – Golden Orange, 2010 | Signora Enrica – Mejor Actriz | Ganadora |
Otros premios honoríficos
Organismo | Nombre del premio | Año |
---|---|---|
Mostra Internazionale d’Arte Cinematografica de Venecia | León de Oro a la trayectoria | 1993 |
Festival Internacional de Cine de Berlín | Oso de Oro honorífico | 2002 |
República Francesa | Legión de Honor | 1999 |
Sofia International Film Festival / Ayuntamiento de Sofía | Sofia Municipality Award (Premio a su carrera) | 2011 |
Curiosidades
Nacionalidades e idiomas

Debido a sus raíces tiene pasaporte triple: tunecino-francés-italiano. Tunecina de nacimiento, francesa al haber nacido en un territorio bajo administración francesa obtuvo la nacionalidad, e italiana por ascendencia de sus padres sicilianos.
Pero es que también es famosa por hablar con fluidez al menos 5 idiomas y por doblarse siempre a sí misma en pantalla:
- Italiano: por herencia y carrera.
- Árabe: por haber crecido en Túnez
- Francés: por nacimiento durante el protectorado francés de la capital tunecina.
- Inglés
- Español
Condecorada por Jacques Chirac
El 22 de junio de 1999, el entonces presidente de Francia, Jacques Chirac, condecoró a Claudia Cardinale con la Legión de Honor (Légion d’honneur), el más alto reconocimiento civil del país. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio del Elíseo, en París.
Este homenaje fue un reconocimiento a su trayectoria artística internacional, su contribución al cine francés e italiano, y su papel como embajadora cultural.
Enlaces de interés
- Premio del Sofía internacionaq Film Festival: Ficha del SIFF
- Retrospectiva de Claudia Cardinale: Noticia en Golden Globles
Por qué recordamos a Claudia Cardinale
Siempre será una leyenda del séptimo arte, un símbolo de libertad, carácter y belleza que iluminó la gran pantalla en algunas de las películas más importantes del cine europeo e internacional.

Su carrera, siempre acompañada de directores de la talla de Fellini, Visconti o Leone, dejó una huella imborrable. Pero además su legado va más allá por su compromiso con los derechos de las mujeres y los niños.
Soñaba con ser como su admirada Brigitte Bardot, que fue la referencia del cine europeo con su firma BB. Con su irrupción en el cine italiano, los directores sellaron las iniciales de Claudia Cardinale continuando el abecedario del cine.
En El Gatopardo dijo “No me importa lo que digan, yo sé lo que quiero, y lo conseguiré”, y lo consiguió, eterna de la pantalla, para siempre CC, Claudia Cardinale.
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