¿Quién fue Peter Sellers?
Dato | Información |
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Nombre real | Richard Henry Sellers |
Nombre artístico | Peter Sellers |
Fecha de nacimiento | 8 de septiembre de 1925 |
Lugar de nacimiento | Southsea, Portsmouth, Inglaterra, Reino Unido |
Fecha de fallecimiento | 24 de julio de 1980 |
Lugar de fallecimiento | Londres, Inglaterra, Reino Unido |
Profesión | Actor, comediante, locutor de radio, músico amateur |
Años activo | 1948 – 1980 |
Formación | Escuela de Arte de Portsmouth |
Altura | 1,73 m |
Nacionalidad | Británica |
Biografía completa


Richard Henry Sellers nació el 8 de septiembre de 1925 en Southsea, un barrio costero de Portsmouth, en el sur de Inglaterra. Fue hijo único tras la muerte de su hermano mayor, Peter, que falleció al nacer… y a quien Sellers homenajeó tomando su nombre artístico.
Sus padres eran artistas de variedades que trabajaban en giras de vaudeville, lo que hizo que Sellers pasara su infancia entre camerinos, telones y micrófonos. El escenario fue su parque infantil. Desde pequeño imitaba voces con una gran precisión y tenía un oído musical asombroso.
Su madre, Peg Sellers, fue una figura dominante en su vida —y no precisamente en el mejor sentido—. Sobreprotectora hasta lo enfermizo, lo crió como si fuera su compañero de espectáculo y no su hijo. Y Peter, que nunca tuvo una identidad sólida, se acostumbró a transformarse en lo que los demás esperaban de él.
Estudió en la Escuela Secundaria Católica de San Aloysius y más tarde en la Portsmouth Art School, donde empezó a desarrollar su pasión por el dibujo y la música. Fue un excelente alumno en lo académico, pero destacó sobre todoen todo lo que tuviera que ver con lo artístico: el dibujo, tocaba la batería con estilo, era una de sus grandes pasiones, y tenía talento natural para la comedia.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, tenía solo 14 años, y se mudó con su familia al condado de Devon, allí empezó a tener sus primeros encuentros en el teatro aprovechando que su tío regentaba el Victoria Palace Theatre en Westminster. Trabajó de todo en él, además de subirse al escenario.
Estando allí, entre bambalinas, perfeccionó su maestría con la batería, para la que tenía un talento que bien le hubiera servido para ganarse la vida en un grupo de Jazz, de hecho se unió a varias bandas, incluso la de su padre para realizar giras.
Pero al cumplir la mayoría de edad, en 1943, se alistó en la Royal Air Force, pero no como piloto ni soldado de combate. Fue destinado a los servicios de entretenimiento de las tropas, algo muy habitual en otros actores de su generación. Allí empezó a despuntar con monólogos, imitaciones y sketches cómicos. Incluso en plena guerra, Sellers ya era un artista en busca de personajes que interpretar.
En esa época también perfeccionó su habilidad como imitador de voces, algo que le sería fundamental en su futura carrera radiofónica. No estudió arte dramático en ninguna escuela Su aprendizaje fue de oído y de calle, pero sus amigos cercanos como el actor David Lodge, destacaban un talento natural brutal para la imitación, sobre todo de oficiales.
Tras la guerra, durante la segunda mitad de los años 40, aún no tenía un empleo fijo como actor. Se dedicó a hacer trabajos esporádicos, sobre todo en teatros de variedades y clubs nocturnos, donde ofrecía monólogos y números cómicos, casi siempre como imitador. No era conocido aún, pero entre bastidores ya se hablaba de ese “chaval raro” que podía hacerte reír sólo con un gesto.
Y ahí llega un momento clave: empezó a mandar grabaciones de sus imitaciones a la BBC. Cartas, cintas, insistentemente… hasta que lo escucharon. En 1948 —con solo 23 años— logró que lo invitaran a pequeños programas radiofónicos. No fue un contrato, ni un boom inmediato, pero fue el inicio real de su carrera profesional como actor cómico. A partir de ahí, la radio británica no volvería a sonar igual.
Carrera como actor y películas clave de Peter Sellers
The Goon Show, el éxito en la radio británica

Antes de dar el salto al cine, Peter Sellers ya era una celebridad radiofónica gracias a The Goon Show, el programa que cambió las reglas del humor en la radio británica. Emitido por la BBC entre 1951 y 1960, donde estuvo Sellers durante las 9 temporadas, fue una explosión de anarquía sonora, sátira absurda y voces imposibles. Junto a Spike Milligan, Harry Secombe y ocasionalmente Michael Bentine, el cómico interpretaba una galería inagotable de personajes, cada uno con su acento, tic y locura propia.
El show se convirtió en un fenómeno cultural británico, amado por el público y venerado por futuras generaciones de cómicos —desde los Monty Python hasta Eddie Izzard—. Fue su campo de entrenamiento y probablemente su trampolín.
Tras estos años de perfeccionamiento en la radio británica, Peter Sellers estaba listo para dar el salto al cine. Su rostro aún era poco conocido, pero su voz —esa prodigiosa herramienta camaleónica— ya había cautivado a medio Reino Unido.
Primeros pasos en el cine británico

Su debut cinematográfico llegó con Penny Points to Paradise (1951), una comedia ligera dirigida por Tony Young, autor que tuvo una breve carrera, donde Sellers apareció junto a sus compañeros de The Goon Show. Aunque la película fue un experimento menor y sin mayor repercusión, tiene el valor de ser su puesta en largo, ni crítica ni público entendieron bien la mezcla de números cómicos continuada, de hecho el propio actor la consideraba un película mala.
Ese mismo año con el mismo grupo trabajó en la dirección y guión del cortometraje Let’s Go Crazy. Y fuera ya del amparo de The Goon Show, su siguiente incursión en cine no llegaría hasta 1953, y sería tan solo una colaboración de voz: en Our Girl Friday (The Adventures of Sadie) ponía el humor a través de las respuestas que el loro que aparece en la película daba a los personajes. Aquel cameo, como otros de la época, no fue acreditado en pantalla, pero sí ha sido recogido posteriormente en biografías.
Mientras continuaba con su trabajo en la radio, en el cine tuvo que esperar 2 años para volver a aparecer. En 1955 estrenó varias cintas con papeles secundarios, entre los cuáles llamó la atención El quinteto de la muerte (The Ladykillers), una deliciosa comedia negra dirigida por Alexander Mackendrick. Esta fue su primera aparición en un gran éxito de Ealing Studios, que por entonces eran el epicentro de la comedia británica, y compartió reparto con Alec Guinness y Herbert Lom, actores que eran primeras espadas del cine de las Islas.

Sellers interpreta a Harry Robinson, el joven novato de un grupo de ladrones con una memorable primera entrada en escena en la que sólo con gestos presenta perfectamente a su personaje, la película fue un éxito comercial y crítico, y hoy es considerada un clásico absoluto, pero lo importante es que el público reconoció en el actor a un nuevo rostro prometedor.
Peter volvió a la televisión para participar en el programa A Show Called Fred, un show en formato sketch que daban en ITV y que ideó su excompañero Spike Milligan y que también participó frente a las cámaras. Una curiosidad era que la dirección corría a cargo de Richard Lester, que empezaba a dar sus primeros pasos antes de triunfar en los 70.
Pero volviendo Sellers, las transiciones con el cine ya eran más comunes, y los papeles cada vez con más protagonismo, como en Up the Creek (1958), una comedia con David Tomlinson, el mismo británico bonachón padre de Jane y Michael en Mary Poppins, y eso le permitía abrirse hueco para poder dar saltos más grandes.

Como en Estoy bien, Jack (1959), dirigida por John Boulting y coprotagonizada con un estupendo Richard Attenborough. Aquí, Sellers interpretó con gran maestría al sindicalista Fred Kite, una rol que ya le valió el BAFTA al Mejor Actor Británico. La película fue un éxito en Reino Unido y una de las mejores comedias de los 50, aunque curiosamente nunca se estrenó en España ni Latinoamérica en salas de cine, donde no se ha podido ver hasta una reciente distribución en DVD y ahora en streaming.
Su capacidad para desmelenarse iba creciendo con cada éxito, y por primera vez íbamos a ver al actor interpretar a tres personajes distintos en una película, un conde, un primer ministro y un líder militar. En Un golpe de gracia (1959), de Jack Arnold. Esta fue la primera vez que desplegó en cine su habilidad para multiplicarse en pantalla, pero lo volvería a hacer hasta en 3 ocasiones más, incluso llegando a conseguir 4 papeles en una sola película…
El despegue internacional y la colaboración con Kubrick
Y para que eso ocurriera, primero tenía que pasar Lolita (1962), porque en ella trabajaría por primera vez con Stanley Kubrick. En el papel de Clare Quilty, rival siniestro y excéntrico de Humbert (James Mason), Sellers no era protagonista aquí, pero volvió a robar escenas gracias a su versatilidad. Su capacidad para oscilar entre lo grotesco y lo brillante cautivó a la crítica, y la elasticidad cómica con la que interpretó a Clare, con acentos, disfraces e improvisación, dejó fascinado a Kubrick.

Columbia Pictures asoció al cómico parte del éxito de la película en toda Europa, por eso cuando el director empezó a trabajar en Dr. Strangelove, le prometieron financiarla si contaba de nuevo con el camaleónico actor, Kubrick, acabó tan encantado que no opuso resistencia, aceptó.
Y en 1964, en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb) Sellers interpretó tres papeles: el Capitán Mandrake, el Presidente Muffley y el propio Doctor Strangelove. Todavía tenían pensado para él un cuarto papel, el Mayor Kong, pero una lesión de tobillo le impidió hacer el cuarteto y el personaje quedó para Slim Pickens.



Sellers exigía cambios de diálogo sobre la marcha, y a pesar de la repetición de tomas y control absoluto que el director siempre impregnaba a sus trabajos, con el cómico tenía más carta blanca, confiaba ciegamente en sus improvisaciones como el brazo descontrolado del Dr. Strangelove.
En Teléfono rojo, compartió cartel con George C. Scott y Sterling Hayden, y su actuación fue tan revolucionaria que le valió una nominación al Oscar al Mejor Actor Principal consagrándose como un actor de rango ilimitado. Su múltiple interpretación sirvió de inspiración para otros cómicos, como Eddie Murphy o Mike Myers que abiertamente han reconocido el talento de Sellers para repetirlo en El príncipe de Zamunda (1988) o Austin Powers (1997).
Como dato, esta no fue la primera película norteamericana en la que trabajaba, ya era un actor reputado en las islas, pero el salto a Hollywood lo dio dos años antes con El mayor mujeriego (1962), aunque no haya sido posteriormente recordada en la filmografía del cómico, porque para eso está la siguiente.
El nacimiento del Inspector Clouseau

En 1963, en su siguiente comedia americana, sí que iba a hacer magia. Se embarcó en la delirante La pantera rosa, dirigida por Blake Edwards, para un papel secundario que aportara el contrapunto cómico a la elegancia de David Niven, en una película para la que ni siquiera fue la primera opción. Pero Sellers estaba ya en estado de gracia.
Cuando Edwards finalmente lo contrató para hacer de Inspector Clouseau, fue a buscarle al aeropuerto, y como ya contamos en la crítica de La pantera rosa, la química entre ambos estalló, y de sus conversaciones, y la versatilidad de Sellers, idearon un Clouseau mucho más torpe y un humor físico para el personaje más al estilo clásico.
Según avanzaba el rodaje y la improvisación y sus escenas iban haciendo crecer el nivel de la película, Edwards iba dando más protagonismo a Sellers, y el resto, es historia. Una saga con 9 películas y un personaje legendario.
Además de Niven en la desternillante comedia, estaban Capucine, Robert Wagner y Claudia Cardinale, pero sobre todo estaba un saxofón de fondo a las órdenes de Henry Mancini cuya banda sonora, forma ya parte de la cultura popular.
La secuela, A Shot in the Dark (conocida como Un disparo en la oscuridad en Hispanoamérica y El nuevo caso del inspector Clouseau en España), no se hizo esperar, fue un año más tarde, consolidando a Clouseau como un icono del slapstick moderno. Sellers encontró en Edwards un aliado creativo, aunque su relación personal fuera a menudo tormentosa. Esta colaboración se repetiría durante toda la década de los 70, dando lugar a:
- El regreso de la pantera rosa (1975), con Christopher Plummer como villano,
- La pantera rosa ataca de nuevo (1976), con Herbert Lom retomando su papel del comisario Dreyfus,
- y La venganza de la pantera rosa (1978), en la que Clouseau finge su muerte.

Cada secuela fue más exagerada que la anterior, como suele ser habitual, ya buscando rizar los trompazos del inspector, pero todas gozaron de gran éxito comercial y mantuvieron vivo el interés de los fans. El Clouseau de Sellers se convirtió en una figura universal colocando al actor en la cima de la comedia.
Aunque la saga de La pantera rosa marcó gran parte de su carrera posterior, Sellers dejó otras películas igual de memorables —y en muchos casos, más personales— que merecen ser reivindicadas.
En ¿Qué tal, Pussycat? (Qué hay de nuevo, Pussycats? – 1965), una comedia escrita por Woody Allen y dirigida por Clive Donner, compartió pantalla con un reparto de locura: Peter O’Toole, Romy Schneider, Capucine, Ursula Andress, y el propio Allen en su debut cinematográfico. Sellers interpreta al neurótico Dr. Fritz Fassbender con una mezcla de desesperación y comedia absurda marca de la casa. La película fue un éxito de taquilla y convirtió su banda sonora —con el tema de Tom Jones— en un clásico.
Poco después apareció Casino Royale (1967), esa sátira caótica y psicodélica sobre James Bond, en ella Sellers fue uno de los múltiples 007s improvisados aunque el protagonismo sí fue esta vez de David Niven. Dirigida por un desfile de cineastas (entre ellos John Huston y Val Guest), la producción fue un desastre organizativo, y su relación con Orson Welles fue tan tensa que no llegaron a rodar juntos sus escenas compartidas. A pesar del caos, Sellers brilló en los momentos en los que el guion le daba espacio y hoy en día es una película de culto buscada por los fans de James Bond.

Y entonces llegó El guateque (The Party, 1968), dirigida también por Blake Edwards y considerada por muchos como una de sus cimas cómicas absolutas. Sellers se mete en el papel del actor hindú Hrundi V. Bakshi convirtiéndose de nuevo en el maestro del tropiezo, con un guión que funcionaba como una ficha de dominó, donde cada pequeño error desencadena otro hasta la catarsis final.
La película fue una apuesta arriesgada: apenas tenía guión, todo es mímica y miradas, y gran parte del rodaje fue improvisado entre el actor y director, que ya conocían de memoria los tiempos del uno y del otro.
Pero Hrundi V. Bakshi — un actor indio torpe y entrañable invitado por error a una fiesta de la alta sociedad californiana—, tenía un golpe improvisado y una coreografía de situaciones, que hicieron de The Party la obra maestra de sus colaboraciones.
El resultado fue un éxito de taquilla y, aunque no arrasó en premios, se convirtió en una comedia admirada por cineastas como Jerry Lewis, o el propio Roberto Benigni.
Hoy es considerada por muchos —y con razón— como la cima del cine físico y el slapstick de Sellers, un testamento cómico sin palabras que aún haría partir la caja de más de un gen Z. Si no la has visto, te la recomendamos encarecidamente, verás en ella la precursora de muchas comedias posteriores.
Años 70 y el giro dramático a Mr. Chance
En los años 70 al margen de la saga de La pantera rosa, ya algo más maduro, encarnó papeles menos histriónicos pero igualmente carismáticos. En Amor a la inglesa (Hoffman – 1970), interpreta a un empresario manipulador, sombrío y sin escrúpulos que es capaz de chantajear a una secretaria que se ha convertido en su interés sexual. Y en Hay una chica en mi sopa (There’s a Girl in My Soup, también de 1970), volvió a su tono habitual de seductor ridículo y egoísta junto a Goldie Hawn, consiguiendo un éxito notable en Reino Unido y manteniendo su química con el público jóven.
En los años siguientes combinó varios cameos además de protagonizar algunas comedias británicas de baja calidad como Un fantasma al sol de mediodía (1974) y donde sí volvió a acertar fue, en Un cadáver a los postres (Murder by Death – 1976), una sátira de los detectives clásicos escrita por Neil Simon, Sellers interpretó al inspector Sydney Wang, una versión paródica del más famoso Charlie Chan, detective estadounidense de origen chino.

El reparto para la película fue coral, David Niven, Maggie Smith, Alec Guinness , Peter Falk y Elsa Lanchester. Aunque su caracterización hoy en día podría resultar polémica por caricaturizar a un oriental, la película fue un éxito rotundo en su momento y sigue siendo una referencia del humor del metacine de los 70.
En 1979, Sellers dio un giro inesperado con Bienvenido Mr. Chance (Being There), dirigida por Hal Ashby y coprotagonizada por Shirley MacLaine. En el papel de Chance, un jardinero ingenuo que es confundido con un sabio, ofreció una actuación sobria, introspectiva y profundamente conmovedora. Fue nominado nuevamente al Oscar, y como ocurre con los cómicos que pasan la línea del drama muchos críticos consideran que esta fue la mejor interpretación de su carrera.
Últimos trabajos y despedida amarga
Su última película completa fue El diabólico plan del Dr. Fu Manchú (1980), dirigida por Piers Haggard y el propio Sellers, quien no aparecía acreditado como codirector pero intervino creativamente durante todo el rodaje. Interpretó dos papeles, como era ya costumbre, pero la película fue un fracaso de crítica y público. El deterioro de su salud era evidente y su energía no era la de antes.

De forma póstuma se estrenó Tras la pista de la pantera rosa (Trail of the Pink Panther 1982), una especie de homenaje que utilizaba metraje inédito de Sellers, aunque el resultado dividió al público y a la crítica.
Su intento como director
En 1961, Sellers se atrevió con la dirección en Mr. Topaze, una adaptación de la obra de Marcel Pagnol. Interpretó al protagonista, un profesor íntegro que acaba convertido en un hombre de negocios sin escrúpulos. Aunque la película tenía buenas intenciones, fue mal recibida y Sellers abandonó la idea de dirigir de forma oficial, centrándose en actuar… a veces demasiado.
Vida personal y últimos años
Peter Sellers fue tan complejo fuera de cámara como lo era en sus interpretaciones. Su vida personal fue una mezcla de romanticismo torpe, crisis de identidad, supersticiones esotéricas y una constante búsqueda de afecto.
Matrimonios e hijos


Se casó cuatro veces:
- Anne Howe (1951–1963): con quien tuvo a su único hijo biológico, Michael Sellers.
- Britt Ekland (1964–1968): actriz y modelo sueca, con la que vivió una relación intensa, tóxica y muy pública.
- Miranda Quarry (1970–1974): una aristócrata británica, menos mediática, pero con quien tampoco funcionó.
- Lynne Frederick (1977–1980): también actriz, 30 años más joven que él, y quien estuvo a su lado en sus últimos años.
La relación con su hijo fue complicada. Michael Sellers escribiría años después un libro titulado P.S. I Love You, donde expone la frialdad y el desapego que marcó su vínculo con su padre.
Además de actor, también trabajó ocasionalmente como productor y grabó varios discos cómicos y parodias musicales, uno de ellos junto a Britt Ekland que fue un éxito en Reino Unido.
Inseguridades y obsesiones espirituales
Sellers fue un hombre profundamente inseguro. Decía no saber quién era realmente, salvo cuando interpretaba un personaje. Consultaba a astrólogos y videntes antes de tomar decisiones importantes y aseguraba estar guiado por «fuerzas espirituales». Durante una temporada, creyó estar poseído por el espíritu de su difunta madre.
Sufría de trastorno de ansiedad y crisis nerviosas era tan neurótico como algunos de sus personajes. Su humor cambiaba bruscamente, lo que dificultaba mantener relaciones personales estables, incluso con sus amigos más cercanos.
Su delicado estado de salud y fallecimiento
Su salud fue precaria durante décadas. Tuvo un primer infarto en 1964, con apenas 38 años. A lo largo de su vida sufrió al menos trece ataques cardíacos, tres de ellos especialmente graves. En 1980, mientras esperaba reunirse con su exesposa Miranda Quarry en un hotel de Londres para intentar una reconciliación, sufrió otro ataque masivo. Fue trasladado al hospital, pero no logró recuperarse.
Murió el 24 de julio de 1980, a los 54 años, en el Midland Bank Private Hospital de Londres. Su funeral fue discreto, según su voluntad. Fue enterrado en el Golders Green Crematorium, en el norte de Londres, donde sus restos descansan junto a los de otros grandes nombres del teatro y la música británicos.
Su lápida no tiene epitafio, pero en una de sus instrucciones finales pidió que se tocara In the Mood de Glenn Miller en su funeral.
Películas de Peter Sellers
Título en español | Título original | Año |
---|---|---|
Penny Points to Paradise | Penny Points to Paradise | 1951 |
Down Among the Z Men | Down Among the Z Men | 1952 |
La burla del diablo | Beat the Devil | 1953 |
Our Girl Friday | Our Girl Friday | 1953 |
Orders are Orders | Orders are Orders | 1954 |
John y Julie | John and Julie | 1955 |
El quinteto de la muerte | The Ladykillers | 1955 |
El hombre que nunca existió | The Man Who Never Was | 1956 |
The Smallest Show on Earth | The Smallest Show on Earth | 1957 |
La verdad al desnudo | The Naked Truth | 1957 |
Up the Creek | Up the Creek | 1958 |
El pequeño gigante | Tom Thumb | 1958 |
Despiste ministerial | Carlton-Browne of the F.O. | 1959 |
Un golpe de gracia | The Mouse That Roared | 1959 |
Estoy bien, Jack | I’m All Right Jack | 1959 |
La extraña prisión de Huntleigh | Two Way Stretch | 1960 |
La batalla de sexos | The Battle of the Sexes | 1960 |
Hasta el último aliento | Never Let Go | 1960 |
La millonaria | The Millionairess | 1960 |
Mr. Topaze | Mr. Topaze | 1961 |
Juego para dos | Only Two Can Play | 1962 |
Dos frescos en órbita | The Road to Hong Kong | 1962 |
El mayor mujeriego | Waltz of the Toreadors | 1962 |
Lolita | Lolita | 1962 |
El tribunal de la comedia | The Dock Brief | 1962 |
El honrado gremio del robo | The Wrong Arm of the Law | 1963 |
La pantera rosa | The Pink Panther | 1963 |
Cielos arriba | Heavens Above! | 1963 |
¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Insólito o cómo aprendí a no preocuparme y amar la bomba) | Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb | 1964 |
El irresistible Henry Orient | The World of Henry Orient | 1964 |
El nuevo caso del inspector Clouseau (Un disparo en la oscuridad) | A Shot in the Dark | 1964 |
¿Qué tal, Pussycat? | What’s New Pussycat | 1965 |
La caja de las sorpresas | The Wrong Box | 1966 |
Tras la pista del zorro | Caccia alla volpe | 1966 |
Casino Royale | Casino Royale | 1967 |
El magnífico Bobo | The Bobo | 1967 |
Siete veces mujer | Woman Times Seven | 1967 |
El guateque / La fiesta inolvidable | The Party | 1968 |
Te quiero, Alice B. Toklas | I Love You, Alice B. Toklas | 1968 |
Si quieres ser millonario no malgastes el tiempo trabajando | The Magic Christian | 1969 |
Amor a la inglesa | Hoffman | 1970 |
Hay una chica en mi sopa | There’s a Girl in My Soup | 1970 |
A Day at the Beach | A Day at the Beach | 1970 |
Hasta nunca, doctor | Where Does It Hurt? | 1972 |
Las aventuras de Alicia | Alice’s Adventures in Wonderland | 1972 |
El optimista | The Optimists of Nine Elms | 1973 |
The Blockhouse | The Blockhouse | 1973 |
Camas blandas, batallas duras | Soft Beds, Hard Battles | 1974 |
Un fantasma al sol de mediodía | Ghost in the Noonday Sun | 1974 |
El gran McGonagall | The Great McGonagall | 1975 |
El regreso de la pantera rosa | The Return of the Pink Panther | 1975 |
Un cadáver a los postres | Murder by Death | 1976 |
La pantera rosa ataca de nuevo | The Pink Panther Strikes Again | 1976 |
La venganza de la pantera rosa | Revenge of the Pink Panther | 1978 |
Kingdom of Gifts | Kingdom of Gifts | 1978 |
El estrafalario Prisionero del Zenda | The Prisoner of Zenda | 1979 |
Bienvenido, míster Chance / Desde el Jardín | Being There | 1979 |
El diabólico plan del Dr. Fu Man Chú | The Fiendish Plot of Dr. Fu Manchu | 1980 |
Tras la pista de la Pantera Rosa | Trail of the Pink Panther | 1982 |
Premios y nominaciones de Peter Sellers
Nominaciones al Oscar
Año | Película | Resultado |
---|---|---|
1960 | The Running, Jumping and Standing-Still Film | Nominado |
1965 | Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb | Nominado |
1980 | Bienvenido, Mr. Chance (Being There) | Nominado |
Otros premios y reconocimientos
Organismo y año | Película | Resultado |
---|---|---|
BAFTA (1960) | I’m All Right Jack | Ganador – Mejor actor británico |
Globo de Oro (1963) | Lolita | Nominado – Mejor actor de reparto |
BAFTA (1963) | Only Two Can Play | Nominado – Mejor actor británico |
BAFTA (1965) | Dr. Strangelove | Nominado – Mejor actor británico |
BAFTA (1965) | La Pantera Rosa | Nominado – Mejor actor británico |
Globo de Oro (1965) | Dr. Strangelove | Nominado – Mejor actor (Comedia/Musical) |
Globo de Oro (1976) | El regreso de la Pantera Rosa | Nominado |
Globo de Oro (1977) | La Pantera Rosa ataca de nuevo | Nominado |
Globo de Oro (1980) | Bienvenido, Mr. Chance (Being There) | Ganador – Mejor actor (Comedia/Musical) |
BAFTA (1981) | Bienvenido, Mr. Chance (Being There) | Nominado – Mejor actor |
Festival de San Sebastián (1962) | El mayor mujeriego (Waltz of the Toreadors) | Concha de Plata – Mejor actor |
Festival de San Sebastián (1979) | Trayectoria | Premio Donostia |
Curiosidades y anécdotas inolvidables
Peter Sellers fue un hombre de contrastes, y su vida, como sus películas, estuvo llena de giros inesperados, situaciones surrealistas y episodios tan excéntricos que a veces rozaban lo inverosímil. Aquí va una colección de momentos que merecen ser contados:
- Caída en el rodaje: Durante el rodaje de Revenge of the Pink Panther, Sellers sufrió una lesión al rodar una escena de acción donde debía saltar por una ventana. Se tropezó antes de tiempo y acabó estrellándose contra una columna fuera de plano. La toma fue tan graciosa que ¡se quedó en la versión final de la película!.
- Fue un comprador compulsivo y caprichoso: Sellers coleccionaba relojes de lujo, solía lucir Rolex GTM-Master, como en Casino Royale. Y también era amante de los coches exclusivos y deportivos. Tenía varios Rolls-Royce Silver Cloud III, un Ferrari 500 Superfast, tres Radford Mini Ville y un Mercedes 450 SLC.
- Recibió el título de Comandante de la Orden del Imperio Británico (CBE) en 1966 por su contribución a las artes dramáticas, aunque nunca fue nombrado Sir. También fue objeto de homenajes póstumos, como retrospectivas en la BBC y un lugar destacado en la historia del humor británico.
Las llamadas secretas de Sellers:
Tenía la costumbre de llamar por teléfono a sus amigos fingiendo ser otros personajes, incluso durante semanas. Una vez pasó casi un mes haciéndose pasar por un productor italiano inventado, solo para gastar una broma a su amigo Spike Milligan. El problema: el personaje era tan convincente que otro actor aceptó un contrato falso. Sellers tuvo que revelarse… entre carcajadas y amenazas de demanda.
El programa que nunca llegó
A finales de los 70, quiso hacer un programa de televisión llamado Sellers & Friends, donde aparecería cada semana interpretando a un personaje distinto en una ciudad diferente. Aunque grabó un piloto con escenas en Nueva York, el proyecto fue cancelado porque la cadena no sabía cómo clasificar algo tan imprevisible.
Su biografía en película: en 2004 Geoffrey Rush interpretó magistralmente a Sellers en un biopic difícil de conseguir hoy en día pero que era una delicia creada para HBO. La película se tituló Llámame Peter y en ella también partició Charlize Theron haciendo de la modelo y actriz Britt Ekland.
Legado y por qué recordaremos a Peter Sellers

La carrera de Peter Sellers fue tan brillante como inestable, tan cómica como trágica. Nos hizo reír como pocos, disfrazado de mil caras, voces y acentos. Daba igual si se caía por una escalera, hacía explotar su propio coche o interpretaba a un científico loco con un brazo nazi fuera de control: su genio estaba en los detalles, en ese milisegundo de pausa antes del golpe, en su mirada inocente y devastadora al mismo tiempo.
Su muerte prematura, con solo 54 años, nos privó de muchas más carcajadas que aún tenía por regalar. Fue un final repentino para un hombre que parecía eterno mientras actuaba. El cine perdió a uno de sus camaleones más salvajes, pero nos dejó una colección de momentos que siguen funcionando como el primer día.
En The Film Nook Set tenemos que reconocer que tenemos debilidad por el actor británico. Son tantas las sanas carcajadas que hemos soltado gracias a él, que le debemos salud, y por eso estaremos siempre agradecidos.
Peter Sellers se fue demasiado pronto. Pero por suerte, nunca se fue del todo. Porque cada vez que alguien se eche a reír viendo La pantera rosa, o El guateque, ahí está él. Torpe, brillante, invisible. Y absolutamente inolvidable.
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