Ficha de datos personales de Katharine Ross
Datos | Información |
---|---|
Nombre completo | Katharine Juliet Ross |
Fecha de nacimiento | 29 de enero de 1940 (85 años) |
Altura | 1,65 m |
País de origen | Estados Unidos |
Formación | Theatre Workshop, Actors Workshop |
Premios destacados | Globo de Oro (1977) por Viaje alucinante al fondo de la mente |
Enlaces de interés | Artículo sobre Katharine Ross en los globos de oro |
Biografía de Katharine Ross


Nació el 29 de enero de 1940 en Hollywood, California, sí, pero no te dejes engañar por el código postal: Katharine Juliet Ross no creció entre focos y premieres, sino en un entorno más discreto, casi nómada. Su padre, Dudley Ross, era oficial del servicio de información de la Marina, lo que obligaba a la familia a mudarse constantemente. De hecho, pasó buena parte de su infancia en Walnut Creek, una pequeña localidad del norte de California, más cerca de los caballos que de los estudios de cine.
Fue una niña introvertida, apasionada por la lectura, la escritura y el mundo interior, que nunca soñó con la fama, pero sí con contar historias. Estudió en el Las Lomas High School, y más tarde se matriculó en el Santa Rosa Junior College, donde descubrió el teatro casi por accidente, participando en obras escolares. Allí fue donde, por primera vez, alguien le dijo que tenía presencia escénica. Y eso, unido a su voz suave y su capacidad para emocionar sin exageraciones, la llevó directamente al mundo de la interpretación.
Carrera como actriz

Se trasladó a San Francisco para estudiar interpretación en el Theatre Workshop y posteriormente se formó en el Actors Workshop, un espacio de entrenamiento dramático de vanguardia. Empezó trabajando en televisión en los años 60, apareciendo en episodios de The Alfred Hitchcock Hour, Gunsmoke o Arrest and Trial. Papeles pequeños, sí, pero ejecutados con gran elegancia que no tardó en llamar la atención de los cazatalentos.
Su primer papel protagonista en el cine llegó en 1965 con El valle de la violencia, junto a James Stewart, pero fue en 1967 cuando explotó mediáticamente con El graduado (1967), de Mike Nichols, donde hizo el papel de Elaine Robinson, la hija del icónico personaje de Anne Bancroft y novia de Dustin Hoffman. Su rol le valió una nominación al Oscar como Mejor Actriz de Reparto y la catapultó directamente a la lista de las actrices más prometedoras del momento.
Dos años después, llegó el papel que definiría su legado: Etta Place en Dos hombres y un destino (1969), junto a Paul Newman y Robert Redford. ¿Cómo olvidar esa escena en bicicleta, con «Raindrops Keep Fallin’ on My Head» de fondo? Katharine, con su ternura estoica, equilibraba la intensidad de sus dos compañeros de reparto, robándose cada plano sin necesidad de levantar la voz.

En los años 70, Ross no se encasilló. Dio un giro radical con Las esposas de Stepford (1975), una película que anticipó el terror doméstico y la crítica social que hoy sigue vigente. Contaba la historia de Joanna Eberhart, mujer que se muda con su marido al barrio de Stepford, donde todas las mujeres son perfectas amas de casa sometidas a sus maridos. La película tuvo un remake con Nicole Kidman en 2004 con una madura Bette Midler, Matthew Broderick y Cristopher Walken.
Su talento le valió un Globo de Oro en 1977 por su actuación un año antes en El viaje de los malditos, el mismo año que protagonizo Se busca a la mujer de Sundance un spin off de su personaje de Etta Place, donde hacía de traficante de armas que trabajaba para el mismísimo Pancho Villa.
Después de cabalgar con bandidos revolucionarios, se unió a un legado aún más siniestro: el de El legado del diablo (The Legacy, 1978), donde compartió pantalla —y química intensa— con Sam Elliott, con el que se casó en 1984. Ese mismo año también brilló en La saga de los Hardeman (The Betsy), un drama empresarial y familiar con Laurence Olivier, y unos jóvenes Robert Duvall y Tommy Lee Jones al volante.
En los años 80, empezó con El final de la cuenta atrás (1980), con Kirk Douglas, en una entretenida película sobre un portaviones… ¡Que viaja en el tiempo! en concreto a la Segunda Guerra Mundial. Y cuando muchas de sus compañeras de generación desaparecieron del radar, Ross reinventó su carrera en televisión. Su papel protagonista en Los Colby (1985), el spin-off de Dinastía, la convirtió en una estrella del prime time. En su última etapa, con 60 años nos sorprendió al público con un regreso inesperado: en 2001, se convirtió en la terapeuta de Donnie Darko, película de culto con Jake Gyllenhaal y Patrick Swayze.
Despareció durante otro largo periodo, pero ha vuelto a trabajar en El ojo del delfín (2006) y The Hero (2017), con su marido otra vez y Krysten Ritter. Aunque quizás su nombre no haya sonado con la fuerza mediática de otras estrellas, Katharine Ross ha sido una referencia sutil pero poderosa en Hollywood. Su legado no reside solo en los premios, sino en la impronta emocional que deja en cada personaje.
Vida personal
Aunque en pantalla siempre transmitió una mezcla de serenidad y misterio, la vida personal de Katharine Ross fue, cuanto menos, una montaña rusa emocional con cinco estaciones de matrimonio. Su primer enlace fue con Joel Fabiani (1960–1962), un actor de televisión con quien apenas compartió créditos ni tiempo. Le siguió un fugaz matrimonio con John Marion, campeón de esgrima, tan breve y discreto que parece sacado de una nota al pie. En 1964 se casó con el actor Conrad Hall, reputado director de fotografía y responsable de la imagen de Dos hombres y un destino. Se divorciaron en 1973, aunque mantuvieron el respeto mutuo incluso tras romper.

Con Sam tuvo a su única hija, Cleo Rose Elliott, nacida en 1984, que ha trabajado como modelo y cantante. Sin embargo, la relación entre madre e hija sufrió un episodio muy grave en 2011, cuando Cleo agredió físicamente a Katharine durante una disputa. Ross solicitó una orden de alejamiento tras el incidente, aunque con el tiempo ambas reconstruyeron el vínculo y han vuelto a reconciliarse. Te lo contamos entero en las curiosidades.
Ross ha llevado una vida alejada de los excesos de la industria, con intereses tan variados como la literatura, la fotografía, la equitación o la escritura de libros infantiles. Nunca quiso convertirse en “celebrity”, y eso precisamente es lo que la convirtió en un icono atemporal: una actriz de verdad, sin ruido, sin escándalos de tabloide.
Películas de Katharine Ross
Conoce las películas más representativas de su filmografía
Título (en España) | Título original | Año de estreno |
---|---|---|
Shenandoah | Shenandoah | 1965 |
Dominique | The Singing Nun | 1966 |
La mujer sin rostro | Mister Buddwing | 1966 |
El graduado | The Graduate | 1967 |
La muerte llama a la puerta | Games | 1967 |
Los luchadores del infierno | Hellfighters | 1968 |
El valle del fugitivo | Tell Them Willie Boy Is Here | 1969 |
Dos hombres y un destino | Butch Cassidy and the Sundance Kid | 1969 |
Locos | Fools | 1970 |
Beeman el magnífico | Get to Know Your Rabbit | 1972 |
Sólo matan a su dueño | They Only Kill Their Masters | 1972 |
El azar y la violencia | Le hasard et la violence | 1974 |
Las mujeres de Stepford | The Stepford Wives | 1975 |
El enjambre | The Swarm | 1978 |
La saga de los Hardeman | The Betsy | 1978 |
El legado | The Legacy | 1978 |
El final de la cuenta atrás | The Final Countdown | 1980 |
Jinetes en la sombra (TV) | The Shadow Riders | 1982 |
Objetivo mortal | Wrong Is Right | 1982 |
Conagher (TV) | Conagher | 1991 |
El precio de la gloria (TV) | Capital City | 2004 |
El ojo del delfín | Eye of the Dolphin | 2006 |
The Hero | The Hero | 2017 |
Donnie Darko | Donnie Darko | 2001 |
El ojo del delfín | Eye of the Dolphin | 2006 |
The Hero | The Hero | 2017 |
Curiosidades sobre Katharine Ross
De hippie en Malibú a estrella de culto
En los años 60, Katharine Ross vivía en una comunidad bohemia en Malibú, rodeada de artistas, surfistas y músicos. Le gustaba montar a caballo, la fotografía y pasaba bastante del glamour de Hollywood. El graduado (1967) cambió su vida de la noche a la mañana, pero nunca acabó de sentirse cómoda con la fama. Su rechazo al star-system fue evidente y algunos productores la tachaban de “difícil”… cuando simplemente no quería ir a cócteles.
Una historia digna de thriller psicológico (pero real)
En 2011, Katharine Ross vivió uno de los episodios más duros —y tristemente desconocidos— de su vida personal. A sus 71 años, la actriz presentó una orden de alejamiento contra su hija Cleo Rose Elliott, de 26 años entonces, tras un violento altercado en su casa de Pacific Coast Highway. Ross declaró ante el juez que su hija llevaba años maltratándola verbal y emocionalmente desde niña, pero que la situación se volvió abiertamente violenta a partir de los 12 o 13 años.
El punto de no retorno llegó el 2 de marzo de 2011, cuando Cleo, entonces de 26 años, perdió los nervios, lanzó amenazas de muerte y comenzó a destrozar muebles. En un intento de pedir ayuda, Ross fue a por el teléfono, pero su hija cortó el cable con unas tijeras, y… las clavó hasta seis veces en el brazo a su madre.
Las heridas atravesaron la ropa y dejaron marcas visibles. Ross, pidió una orden de alejamiento urgente, y hasta que el juez dictó medidas cautelares, Cleo tuvo que mantenerse a más de 90 metros de su madre, su casa y hasta su lugar de trabajo. Si necesitaba recoger algo del domicilio familiar, debía hacerlo con presencia policial.
Aunque el motivo exacto del estallido nunca se hizo público, el caso dejó huella. Y sin embargo, algo que resulta realmente increíble, pero que demuestra el fuerte vínculo que se crea con los hijos, con el tiempo lograron reconstruir su relación. Ross nunca quiso explotar el suceso ni convertirlo en drama mediático, lo ha guardado bajo llave en uno de los cajones de su cocina.
¿Por qué recordamos a Katharine Ross?

Katharine Ross era la reina de la sutileza, el susurro que deja eco, la mirada que cuenta historias. Si el cine clásico tiene un rincón reservado para la elegancia sin estridencias, sin duda lleva su nombre.
En nuestro recuerdo quedarán su irrupción en El graduado y Dos hombres y un destino como la cima de su popularidad, pero en Los Colby nos demostró que todavía tenía frases que decir, y no sabemos si serán las últimas, pero al menos lo esperamos.
Deja una respuesta