¿Quién era Richard Attenborough?
Datos | Información |
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Nombre completo | Richard Samuel Attenborough |
Fecha de nacimiento | 29 de agosto de 1923 |
Lugar de nacimiento | Cambridge, Inglaterra, Reino Unido |
Fecha de fallecimiento | 24 de agosto de 2014 (90 años) |
Lugar de fallecimiento | Londres, Inglaterra, Reino Unido |
Otras ocupaciones | Director, productor, guionista, político, embajador de buena voluntad de UNICEF |
Años de actividad | 1942 – 2007 |
Formación | Royal Academy of Dramatic Art (RADA), Londres (hasta 1942) |
Nacionalidad | Reino Unido |
Biografía de Richard Attenborough


Richard Samuel Attenborough nació el 29 de agosto de 1923 en Cambridge, Inglaterra, pero creció en la ciudad de Leicester, donde su padre Frederick Attenborough dirigía el University College. Lo de tener inquietudes culturales no era casualidad: en casa se respiraba inteligencia y compromiso.
Su madre, Mary Clegg, fue una mujer con una fuerte vocación social y educativa, lo mismo te cuidaba 3 hijos y 2 niñas refugiadas de la Segunda Guerra Mundial que se plantaban delante de quien hiciera falta para defender causas sociales. Y su padre fue un académico respetado, rector entre 1932 y 1951.
Tenía dos hermanos pequeños, David Attenborough (famosísimo naturalista y divulgador científico narrador de documentales) y John Attenborough (empresario en la industria automotriz). Además de ellos, convivió con Helga y Irene Bejach, hijas de un médico berlinés asesinado en Sachsenhausen y que su padre acogió, este gesto dejó una huella profunda en los valores de la familia.
Attenborough comenzó a actuar pronto, a la edad de 12 años, cuando ya se interesó por el teatro y el cine, lo que le movió para decidirse a estudiar en la Royal Academy of Dramatic Art (RADA), algo casi como el Hogwarts de los actores británicos, Alec Guinness o Peter O´Toole por ejemplo estudiaron allí.
Debutó en el cine en Sangre, sudor y lágrimas (In Which We Serve – 1942), en un papel breve donde su personaje moría mientras el barco se iba a pique. Pero oye, no todas las carreras pueden empezar como la de Timmothy Hutton, con un Oscar.
Carrera cómo actor
Durante los años 40 y 50, Attenborough fue uno de esos actores británicos que parecían estar en todas partes. Soldado por aquí, médico por allá, joven idealista, amasaba papeles secundarios hasta… su primer papel importante, llegó con El joven Scarface: Brighton Rock (1947), donde interpretó al gélido gánster Pinkie Brown, con una violencia contenida que ya dejaba entrever el gran actor que venía. La película es considerada un ejemplo del cine negro británico y títuo de culto hoy en día.
Le seguirían años de trabajo sólido, consolidándose como uno de los actores más fiables de su generación. En The Magic Box (1951), película que celebraba el centenario de la fotografía y la figura de William Friese-Greene, Richard apareció como Jack Carter, en una cinta que estaba repleta breves apariciones de los mejores actores británicos de la época como Laurence Olivier o Peter Ustinov.
Comedias, dramas y cine bélico: la versatilidad de los años 50 y 60
A partir de ahí, su filmografía se volvió un abanico delicioso de géneros y papeles con mucha importancia en la trama:
- En El pasante (Brothers in Law – 1957), mostraba su faceta cómica con un aire británico haciendo de Henry Marshall, un abogado recién licenciado que comparte piso con el protagonista.
- En Dunkerque (1958), regresaba al cine bélico para hacer de Jhon Holden, un civil que no quiere involucrarse en la Segunda Guerra Mundial pero cambia de opinión cuando el gobierno británico comienza a requisar embarcaciones civiles para la evacuación de Dunkerque.Su personaje representa a los civiles comunes que se convirtieron en héroes anónimos.
- En S.O.S. Pacific (1959), volvía a un personaje más secundario, pero lleno de matices, cobarde, egoísta y manipulador, introduce la fricción entre todos los supervivientes.
Pero es en I’m All Right Jack (1959) donde brilla especialmente, en una sátira sobre sindicatos y burocracia considerada una de las mejores películas del cine británico de los 50. Allí encarnaba con maestría a un empresario manipulador con una mezcla de comicidad y cinismo, aunque Peter Sellers (como el sindicalista Fred Kite) se llevó la mayor parte de la atención ganando un BAFTA por su papel.
Al año siguiente participó en Amargo silencio, (The Angry Silence – 1960), eligiendo un papel arriesgado: un trabajador que se niega a hacer huelga y se convierte en paria. El guion, del propio Attenborough junto a su socio Bryan Forbes, lo confirmaba como alguien que ya pensaba más allá de actuar. Quería contar historias.
En 1960 estrenó por partida doble, trabajó en Objetivo: Banco de Inglaterra (The League of Gentlemen), una entretenida historia de ladrones veteranos que preparan un robo como si fuera una operación militar.
Entre jazz y nazis: los 60 más vibrantes
La década de los 60 fue un terreno fértil y de altura para el actor, su talento en las islas iba a llamar la atención de Hollywood, y pronto daría el gran salto a la meca del cine para acabar dejando su sello en ella.
Todavía en Reino Unido rodó Noche de pesadilla (En All Night Long – 1962), adaptación jazzística de Otelo, interpretarndo al manipulador Johnny Cousin en un papel que le permite ser turbio y encantador al mismo tiempo. Se le daban bien los personajes con doble moral y giros inesperados.

Y entonces llegó su desembarco americano, Jhon Sturges lo incluyó en el inolvidable reparto de La gran evasión (El gran escape – 1963) , junto a Steve McQueen, Charles Bronson o James Coburn. su papel de “Big X” organizador de la fuga, tenía un peso capital en la trama acaparando todo el respeto y confianza de los oficiales retenidos en un campo de concentración Nazi. La película fue un éxito inmediato que catapultó a todo el elenco, aunque sobre todo a McQueen, a la categoría de estrellas.
Después en Cañones en Batasi (1964), ganaría el BAFTA al mejor actor por su interpretación de un sargento mayor británico durante la descolonización africana. Volvió al cine americano para hacer El vuelo del Fenix (1965), una película de aventuras de Robert Wise con reparto envidiable de nuevo (James Stewart, Ernest Borgnine, …). Y en El Yangtsé en llamas (The Sand Pebbles – 1966), se juntaba otra vez con Steve McQueen en una historia de guerra y tensiones en la China de los años 20. La cinta fue regada con 8 nominaciones a los Oscar, no ganó ninguno, pero curiosamente Attenborough, que no había tenido nominación, se llevó el único Globo de oro de la película por su interpretación.
En 1967 probó la comedia haciendo un papel secundario en la primera adaptación de Doctor Dolittle, que luego tuvo dos remakes con Eddie Murphy primero, y Robert Downey Jr. en 2020, la historia era perfecta como escape para el público infantil, pero ya el resultado de la original fue irregular.
Attenborough ya había demostrado hasta ahora una capacidad envidiable para cambiar de roles, sus personajes tenían rasgos distintivos de origen muy variado, y los clavaba con una maestría académica. Por eso no extrañó que en 1971, diera una de sus mejores actuaciones en El estrangulador de Rillington Place, donde daba auténtico pavor como John Christie, un asesino en serie que mató a al menos a 8 mujeres en su casa entre los años 40 y 50.

Lejos de los clichés del psicópata histriónico, el actor construyó un personaje aparentemente anodino, casi invisible, lo que lo hacía aún más aterrador. Y aunque no fue nominado a premios importantes por este papel, muchos críticos lo consideran una de sus mejores interpretaciones. John Hurt, que fue Timothy Evans, inquilino e inocente condenado por los crímenes, sí fue nominado al BAFTA como Mejor Actor de Reparto.
La película de Richard Fleischer fue rodada parcialmente en el lugar real de los crímenes, poco antes de que el edificio fuera demolido, y recibió elogios por su rigor histórico y una atmósfera opresiva que respira el gris de la posguerra británica.
Nota al revisitarla: El estrangulador de Rillington Place es una película profundamente marcada por su tiempo. Filmada con un enfoque casi documental, apuesta por un realismo sobrio y ritmo pausado, que hoy puede parecer demasiado contenido. Si vienes del universo de los psico-killers actuales —más cercanos a Zodiac (2007) o Mindhunter (Netflix)—, es probable que la encuentres descafeinada generando tensión. Su narrativa, lineal y sin sobresaltos, pretendía más reconstruir los hechos con fidelidad que generar impacto emocional. Aquí el paso del tiempo, inevitablemente, le ha limado la crueldad que normalmente tiene el género en la actualidad.
Transición a director: menos papeles, más batuta
A partir de los 70, Sir Richar redujo su presencia delante de las cámaras para centrarse en lo que realmente le apasionaba: dirigir. Su etapa más prolífica como actor había quedado atrás, aunque nunca del todo.

Llevaba 14 años sin actuar cuando Steven Spielberg lo convenció para interpretar al excéntrico John Hammond en Jurassic Park (1993). Fue su regreso triunfal ante las cámaras, en un papel que mezclaba ingenuidad, ambición y un punto inquietante de “todo está bajo control” mientras los velociraptores corrían sueltos.

Párque Jurásico dejó esa imagen de abuelo entrañable en la memoria colectiva, hoy en día todavía es recordado, y precisamente por eso al año siguiente no extrañó verlo dando vida al mismísimo Santa Claus. En Miracle on 34th Street (Milagro en la ciudad o Milagro en la calle 34) consigue la que probablemente haya sido la encarnación del señor Noel más realista.
Uno de sus últimos papeles recordados fue en Elizabeth (1998), interpreta a William Cecil, el principal consejero político de la reina Isabel I, a la que dio vida Cate Blanchett. Cecil fue una figura histórica real, constantemente preocupado por la seguridad de la reina. Attenborough creó un personaje de hombre sabio, meticuloso y algo paternalista, que intenta guiar a la joven reina en un entorno político hostil y lleno de traiciones.
Carrera como director
Si como actor era respetado, como director Richard Attenborough alcanzó el Olimpo del cine británico. No se conformó con hacer películas: quería construir monumentos audiovisuales. Le encantaba el papel de narrador de historias, y era probablemente lo que más le movía por dentro de su faceta artística.
Él mismo lo dijo, en una entrevista para la BBC en 2007: “No quiero que me recuerden como un actor o un director. Quiero que digan: ese era alguien que sabía contar historias que importaban.” Su filmografía como director incluyó:
¡Oh, qué guerra tan bonita! (1969)
Su debut como director, una sátira musical sobre la Primera Guerra Mundial. Visualmente deslumbrante y con una ironía afiladísima, Oh! What a Lovely War sorprendió por su ambición estética, su estructura coral y ese tono agridulce que lo mismo te hace reír que te deja con un nudo en la garganta.
Un puente lejano (1977)
tardó 8 años en volver a rodar, volvió con una de esas superproducciones de los 70 que olían a sudor, pólvora y estrellas por metro cuadrado. A Bridge Too Far —con un reparto que incluía a Sean Connery, Michael Caine, Robert Redford, Anthony Hopkins, Laurence Olivier y media guía telefónica de Hollywood— pocas películas han juntado repartos como este.
La película contaba la fallida Operación Market Garden de la Segunda Guerra Mundial. Todo con un análisis clínico histórico, y aunque la crítica la trató de excesiva, también ganó respeto: había dirigido una de las mayores producciones bélicas del cine británico.
Gandhi (1982)

Y entonces, llegó su obra magna.
Durante 20 años intentó sacar adelante el proyecto sobre la vida de Mahatma Gandhi. Nadie daba un duro por una película de más de tres horas sobre un líder pacifista, interpretado por un actor medio desconocido (Ben Kingsley). Pero Attenborough era terco. Y menos mal: la película fue un éxito global, un fenómeno cultural y una apisonadora en los Oscar (8 estatuillas, incluyendo Mejor Película y Mejor Director).
No solo retrató la vida de Gandhi con profundidad y humanidad, sino que logró emocionar sin caer en el sermón. Una epopeya con una narrativa visual clásica, con un uso de la cámara sin buscar protagonismo, pero que acompaña el desarrollo emocional de la historia.
A Chorus Line (1985)

Después del subidón místico y político, se atrevió con algo totalmente distinto: una adaptación del exitoso musical de Broadway con Michael Douglas. ¿El resultado? Irregular, según la crítica. A muchos les faltó el fuego del escenario y les sobró cine ochentero con laca. La elección de Douglas, que no sabía cantar ni bailar, no se entendió, y la película fue un fracaso comercial (costó 25 millones y recaudó sólo 14.2 millones).
Cry Freedom (1987)
Quizá por el fracaso anterior, volvió a lo que le había dado gloria en el pasado, y realizó otro biopic comprometido, esta vez sobre el activista sudafricano Steve Biko y el periodista Donald Woods. En plena era del apartheid, Attenborough se atrevía a denunciar la brutalidad del régimen sin perder el toque humano.
Kevin Kline, elogiado por su papel y Denzel Washington , nominado a mejor actor de reparto, estaban magníficos, y la cinta, aunque menos popular que Gandhi, mantenía ese equilibrio entre emoción, política y dignidad narrativa.
Chaplin (1992)
El prestigio le hizo continuar en el cine biográfico, y qué mejor que hacerlo con una figura a la que admiraba, el genio del cine mudo. Chaplin fue un proyecto ambicioso, con Robert Downey Jr. ofreciendo una de las mejores interpretaciones de su carrera.
La narrativa sigue una estructura biográfica tradicional, hilvanada a través de una entrevista ficticia entre un Chaplin anciano (Robert Downey Jr.) y su editor (Anthony Hopkins).
Attenborough emplea una luz cálida y nostálgica en los recuerdos del mito mudo, y una iluminación más fría y sobria en las escenas del presente, marcando el contraste entre el pasado glorioso y el presente introspectivo. Aunque la película no llegó a ser redonda: se perdía a ratos entre saltos temporales, el retrato del artista fue más que digno, y visualmente impecable.
Tierra de penumbras (1993)
Y aquí llegó la que para muchos es su película más contenida… y más devastadora. En Shadowlands, escogió a Anthony Hopkins para el papel protagonista, al que juntó con Debra Winger en uno de sus últimos grandes papeles. Narraba la historia de amor tardío entre C.S. Lewis y la escritora americana Joy Gresham. Una historia íntima, sin épica, pero cargada de emoción. Aunque no fue un rotundo éxito comercial si fue muy bien acogida por la crítica, que incluso a pesar de Ghandi, la consideró la mejor película hasta la fecha de Attenborough.
En el amor y en la guerra (1996)
Sí, otra biografía, se le daba bien mirar hacia atrás en la historia. Esta vez centrada en el joven Ernest Hemingway y su romance con una enfermera durante la Primera Guerra Mundial. Con Chris O’Donnell y Sandra Bullock, la película tenía buenas intenciones, pero no terminó de cuajar. La crítica la tachó de melosa y superficial, aunque visualmente era tan cuidada como toda la obra del director.
Cerrando el círculo (2007)
Aunque también dirigió Búho gris con Pierce Brosnan en 1999, para terminar el repaso a su filmografía nos iremos directamente a su última película. Closing the ring es una historia de amor y guerra ambientada entre Belfast y EE. UU., con un reparto que incluía a Shirley MacLaine, Christopher Plummer y Mischa Barton (sí, protagonista de The O.C.).
La historia fue escrita por Peter Woodward, inspirado por un hecho real: el hallazgo de un anillo de boda en el lugar donde se estrelló un bombardero B-17 durante la Segunda Guerra Mundial. El productor Jo Gilbert pensó que solo Attenborough podía hacer justicia a una historia tan emocional y generacional, y por eso lo involucró en el proyecto.
Fue una despedida elegante y nostálgica, pero sin llegar a las alturas de Tierra de penumbras.
Su carrera como director dejó Oscars, historias rotundas como las que él quería contar, y una huella imborrable en decenas de actores de primera línea que alabaron su trabajo.
Vida personal de Richard Attenborough
Aunque buena parte del mundo lo recuerda como ese británico que sabía poner cara de autoridad con una taza de té en la mano, en su vida personal Richard Attenborough fue un hombre afectuoso, comprometido y discretamente apasionado.

Se casó en 1945 con la actriz Sheila Sim, compañera de generación y de escenario. Su matrimonio fue uno de esos milagros en el mundo del espectáculo: duró casi 70 años, hasta la muerte de él. En un mundo de romances fugaces y rodajes infinitos, lo suyo fue un amor a prueba de alfombras rojas.
Tuvieron tres hijos: Michael, Jane y Charlotte. Jane, lamentablemente fue noticia por fallecer en el tsunami del Océano Índico en 2004, junto a su hija y su suegra. Una tragedia que marcó profundamente los últimos años de Attenborough, cuya salud se fue deteriorando tras aquella pérdida.
Fue presidente de la Real Academia de Arte Dramático (RADA) y de la Academia Británica de Cine y Televisión (BAFTA). Un hombre políticamente activo, miembro activo del Partido Laborista y de la Cámara de los Lores desde 1993 hasta su muerte, con el título de Barón Attenborough de Richmond-upon-Thames.
También apoyó causas humanitarias y sociales, desde la lucha contra el apartheid hasta programas educativos para niños en zonas desfavorecidas como embajador de buena voluntad de UNICEF entre 1987 y 2004.
Sus hobbies eran tan británicos como cabría esperar: fanático del cricket, defensor a ultranza del té servido como Dios manda, y amante de los libros de historia.
Attenborough fue un apasionado del arte africano, especialmente del arte contemporáneo del sur del continente. Su colección incluía esculturas, máscaras y obras modernas, y fue parte de un movimiento más amplio de revalorización del arte africano en Europa durante las décadas de los 80 y 90.
Cultivó amistad y relación con personalidades políticas tan relevantes como Nelson Mandela, Tony Blair o Diana de Gales, lo que demostraba que fue un hombre de acción y comprometido con la sociedad en la que vivía.

Sus últimos años estuvieron marcados por la salud delicada. Sufrió una caída en 2008 que le dejó con problemas de movilidad, y a partir de ahí su presencia pública se redujo. Se trasladó junto a su mujer a una residencia especializada para artistas retirados, Denville Hall, donde fue cuidado hasta el final.
Falleció el 24 de agosto de 2014, cinco días antes de cumplir 91 años. Le sobrevivieron su mujer y sus dos hijos. Su muerte fue muy sentida en el Reino Unido y en todo el mundo del cine, que perdió no solo a un actor y director de prestigio, sino a una figura que había vivido el siglo XX a través de las cámaras… y con el corazón en cada fotograma.
Películas como actor de Richard Attenborough
Título en español | Título original | Año de estreno |
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Sangre, sudor y lágrimas | In Which We Serve | 1942 |
The Hundred Pound Window | The Hundred Pound Window | 1944 |
Journey Together | Journey Together | 1945 |
Brighton Rock | Brighton Rock | 1947 |
London Belongs to Me | London Belongs to Me | 1948 |
Boys in Brown | Boys in Brown | 1949 |
The Magic Box | The Magic Box | 1951 |
El infierno está vendido | Hell is Sold Out | 1951 |
Father’s Doing Fine | Father’s Doing Fine | 1952 |
Gift Horse (Glory at Sea) | Gift Horse (Glory at Sea) | 1952 |
Eight O’Clock Walk | Eight O’Clock Walk | 1954 |
The Ship That Died of Shame | The Ship That Died of Shame | 1955 |
Private’s Progress | Private’s Progress | 1956 |
El bebé y el acorazado | The Baby and the Battleship | 1956 |
The Scamp | The Scamp | 1957 |
El pasante | Brothers in Law | 1957 |
Dunkerque | Dunkerque | 1958 |
Estoy bien Jack | I’m All Right Jack | 1959 |
S.O.S. Pacífico | S.O.S. Pacific | 1959 |
The Angry Silence | The Angry Silence | 1960 |
Objetivo: Banco de Inglaterra | The League of Gentlemen | 1960 |
Noche de pesadilla | All Night Long | 1962 |
Juego para dos | Only Two Can Play | 1962 |
El tribunal de la comedia | The Dock Brief | 1962 |
La gran evasión (El gran escape) | The Great Escape | 1963 |
El tercer secreto | The Third Secret | 1964 |
Plan Siniestro | Seance on a Wet Afternoon | 1964 |
Los cañones de Batasi | Guns at Batasi | 1964 |
El vuelo del Fénix | The Flight of the Phoenix | 1965 |
El Yang-Tse en llamas (El cañonero del Yangtze) | The Sand Pebbles | 1966 |
The Man Outside | The Man Outside | 1967 |
El extravagante doctor Dolittle | Doctor Dolittle | 1967 |
El código de los inmorales | Only When I Larf | 1968 |
Los pecados de la señora Blossom | The Bliss of Mrs. Blossom | 1968 |
David Copperfield (TV) | David Copperfield | 1969 |
The Magic Christian | The Magic Christian | 1969 |
El botín | Loot | 1970 |
La cabeza cortada | A Severed Head | 1970 |
La última explosión | The Last Grenade | 1970 |
El estrangulador de Rillington Place | 10 Rillington Place | 1971 |
Diez negritos | And Then There Were None | 1974 |
Brannigan | Brannigan | 1975 |
Culpable sin rostro | Conduct Unbecoming | 1975 |
Desafío al mundo (Rosebud) | Rosebud | 1975 |
El factor humano | The Human Factor | 1979 |
Los jugadores de ajedrez | The Chess Players | 1977 |
Parque Jurásico | Jurassic Park | 1993 |
Milagro en la ciudad (Milagro en la calle 34) | Miracle on 34th Street | 1994 |
Un siglo de cine | A Century of Cinema | 1994 |
Hamlet | Hamlet | 1996 |
El mundo perdido: Parque Jurásico | The Lost World: Jurassic Park | 1997 |
Elizabeth | Elizabeth | 1998 |
Yosef y su sorprendente manto de sueños en Tecnicolor | Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat | 1999 |
Películas como director. Filmografía completa
Título en español | Título original | Año de estreno |
---|---|---|
¡Oh, qué guerra tan bonita! | Oh! What a Lovely War | 1969 |
El joven Winston | Young Winston | 1972 |
Un puente lejano | A Bridge Too Far | 1977 |
Magic | Magic | 1978 |
Gandhi | Gandhi | 1982 |
A Chorus Line | A Chorus Line | 1985 |
Cry Freedom | Cry Freedom | 1987 |
Chaplin | Chaplin | 1992 |
Tierras de penumbra | Shadowlands | 1993 |
En el amor y en la guerra | In Love and War | 1996 |
Búho gris | Grey Owl | 1999 |
Cerrando el círculo | Closing the Ring | 2007 |
Premios de Richard Attenborough
Premios Óscar

Año | Película | Resultado |
---|---|---|
1983 | Gandhi | Ganador – Mejor película |
1983 | Gandhi | Ganador – Mejor director |
Globos de Oro
Año | Película | Resultado |
---|---|---|
1988 | Grita Libertad | Nominado – Mejor dirección |
1988 | Grita Libertad | Nominado – Mejor película – Drama |
1986 | A Chorus Line | Nominado – Mejor dirección |
1986 | A Chorus Line | Nominado – Mejor película – Comedia o musical |
1983 | Gandhi | Ganador – Mejor dirección |
1983 | Gandhi | Ganador – Mejor película extranjera (Samuel Goldwyn Award) |
1973 | El joven Winston | Ganador – Mejor película extranjera (Samuel Goldwyn Award) |
1970 | ¡Oh, qué guerra tan bonita! | Ganador – Mejor película extranjera (Samuel Goldwyn Award) |
1968 | El extravagante doctor Dolittle | Ganador – Mejor actor de reparto |
1967 | El Yangtsé en llamas | Ganador – Mejor actor de reparto |
Ver más premios
Premios BAFTA
Año | Película | Resultado |
---|---|---|
1994 | Tierras de penumbra | Nominado – Mejor dirección |
1994 | Tierras de penumbra | Nominado – Mejor película |
1994 | Tierras de penumbra | Ganador – Mejor film británico |
1988 | Grita Libertad | Nominado – Mejor dirección |
1988 | Grita Libertad | Nominado – Mejor película |
1983 | Gandhi | Ganador – Mejor dirección |
1983 | Gandhi | Ganador – Mejor película |
1978 | Un puente lejano | Nominado – Mejor dirección |
1978 | Un puente lejano | Nominado – Mejor película |
1970 | ¡Oh, qué guerra tan bonita! | Nominado – Mejor dirección |
1970 | ¡Oh, qué guerra tan bonita! | Nominado – Mejor película |
1965 | Cañones en Batasi | Ganador – Mejor actor británico |
1965 | Plan siniestro (Seance on a Wet Afternoon) | Ganador – Mejor actor británico |
1963 | El tribunal de la comedia | Nominado – Mejor actor británico |
1961 | Amargo silencio (The Angry Silence) | Nominado – Mejor actor británico |
Otros premios
Año | Película | Resultado |
---|---|---|
1960 | Objetivo: banco de Inglaterra | Ganador – Premio Zulueta al mejor actor (San Sebastián) |
1964 | Plan siniestro (Seance on a Wet Afternoon) | Ganador – Concha de Plata al mejor actor (San Sebastián) |
Curiosidades

- El hermano del planeta Tierra: Sí, es lo que estás pensando: Richard Attenborough era el hermano mayor del famosísimo naturalista David Attenborough. Uno grababa en la sabana africana, el otro organizaba fugas de campos de prisioneros. La genética, por lo visto, venía con talento incorporado.
- Su vínculo con Diana de Gales: Lady Di lo consideraba un amigo, un mentor y una figura paternal en sus primeros años como miembro de la familia real. Fue él quien la ayudó a preparar su primer gran discurso en público, en 1983, enseñándole a vocalizar, respirar y proyectar con confianza. Diana admiraba su calidez y su saber estar, y Attenborough siempre habló de ella con enorme cariño y respeto. Era, según dijo, “una mujer con un corazón gigantesco atrapado en un circo”.
- Su archivo personal, un tesoro nacional: Durante décadas, acumuló correspondencia, guiones, storyboards, recortes de prensa y fotografías inéditas. Parte de su colección ha sido conservada por instituciones como la BAFTA y la Universidad de Sussex. Su archivo no solo cuenta su historia, sino la de medio siglo de cine británico.
- Fue un pionero de la inclusión en el cine británico: Attenborough se preocupó por dar voz a historias ignoradas. Desde Gandhi hasta Grita Libertad, insistió en dar protagonismo a personajes racializados y comprometidos socialmente, sin edulcorar sus conflictos ni traicionar su contexto. En plena era Thatcher, eso era casi un acto de rebeldía.
- Barón, Sir y Comendador: En 1976, fue nombrado Caballero del Imperio Británico (Knight Bachelor), lo que le otorgó el tratamiento de “Sir”. Ya hemos contado que en 1993 fue nombrado Barón, lo que le convirtió en miembro vitalicio de la Cámara de los Lores del Reino Unido y también Comendador de la Orden del Imperio Británico en (1967). No se podía decir que estaba bien relacionado.
Enlaces de interés
- Enlace a la carrera parlamentaria en el gobierno británico. members.parliament.uk
- Documental de la BBC, Richard Attenborough: A Life in Film. Ver en Youtube
- Recepción del Oscar y discurso en 1983 por Ghandi del mismísimo Billy Wilder: Ver en Youtube
Porque recordaremos a Richard Attenborough
Pocos artistas han abarcado tanto, con tanto corazón, como Richard Attenborough. Fue actor, director, productor, activista, miembro de la Cámara de los Lores, mentor de princesas y hermano de la voz de la naturaleza. Pero, ante todo, fue un contador de historias.

Historias de hombres que cambiaron el mundo sin disparar una bala. De prisioneros que no se resignaban. De genios que tropezaban con su propio mito. Y de amores que dolían más que una guerra.
Attenborough no necesitaba alardes técnicos ni fuegos artificiales: le bastaban una cámara, un guion con alma y un reparto al que sabía mirar sin juzgar. Sus películas hablaban de valores, de justicia, de fragilidad. En un siglo XX plagado de ruido, su cine supo hacer silencio para escuchar lo esencial. La cultura popular le recordará como Jhon Hammond megalómano creador de dinosaurios, el cine como un narrador de historias, lo que él siempre quiso ser.
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