En bandeja de plata (1966) poster y crítica de la película

Reparto, director y compositor de esta película con biografía en FilmNookSet

Analizamos con gran dedicación, a cada una de las estrellas sobre las que escribimos. Entra y descubre su historia, filmografía y curiosidades.


¿Qué nota pondrías tú a la película?
(Votos: 1 Promedio: 4)

Después de los tiempos dorados de Con faldas y a lo loco y El apartamento, Billy Wilder volvió a contar con su actor fetiche, Jack Lemmon, y con un nuevo socio con el que trabajaría por primera vez: Walter Matthau. El objetivo: crear una comedia negra con sello propio sobre sus temas recurrentes —la codicia, el ascenso rápido y una sociedad americana en decadencia—.

En bandeja de plata (Por dinero, casi todo, 1966) es todo eso con la lucidez de un director que venía avisado de la floja taquilla de Bésame Tonto (1964), aquí, tampoco arrasó, y eso le hizo pensar que había fallado, pero nada de eso, el tiempo la ha puesto en su lugar por muchas razones. 

Por el acierto en el casting —juntar a Lemmon y Matthau fue una apuesta de Wilder y le salió redonda—, por la mordacidad de sus diálogos y por la eficacia de su comedia. Clasicismo en estado puro, de las que se disfrutan siempre.


Ficha técnica En bandeja de plata

DatosInformación
Título originalThe Fortune Cookie
Título en España / HispanoaméricaEn bandeja de plata / Por dinero, casi todo
DirectorBilly Wilder
GuionBilly Wilder y I.A.L. Diamond
Actores principalesJack Lemmon (Harry Hinkle), Walter Matthau (“Whiplash Willie” Gingrich), Ron Rich (Luther “Boom Boom” Jackson), Judi West (Sandy), Cliff Osmond (Chester Purkey)
MúsicaAndré Previn
FotografíaJoseph LaShelle (B/N, Panavision)
MontajeDaniel Mandell
Estudios / ProductoraThe Mirisch Corporation / United Artists
Año de estreno1966 (EE.UU.) / 1967 (España)
Duración125 minutos
GéneroComedia
Presupuesto3 millones USD (aprox.)
Recaudación Estados Unidos6.8 millones USD (aprox.)

Datos de producción

La idea de la película le vino de los ecos sociales, tras leer una noticia en la prensa sobre un hombre que fingió estar lesionado para estafar a su aseguradora. Wilder y su inseparable socio guionista I.A.L. Diamond vieron el potencial enseguida. En la América de los sesenta —obsesionada con el consumo, las apariencias y los pleitos millonarios—, aquella anécdota se convertía en el espejo ideal para una sátira moderna sobre el capitalismo emocional.

Billy Wilder y Jack Lemmon durante el rodaje de En bandeja de plata (1966)

El rodaje comenzó en 1966 en Cleveland, con escenas reales filmadas en el Cleveland Municipal Stadium durante un partido NFL y para las tomas del placaje que sufre Lemmon, alquilaron el estadio un día más llenando las gradas de extras en una sesión multitudinaria que te contamos en las curiosidades

El hospital donde Lemmon se recuperaba de su “gravísimo” accidente fue el St. Vincent Charity Hospital , y el bufete de su cuñado Matthau estaba en la Terminal Tower, un rascacielos emblemático de la ciudad. 

Elección del reparto

Waltter Matthay le ofrece en bandeja de plata a Jack Lemmon su oportunidad

Como ya hemos dicho, para Harry Hinkle contó con Jack Lemmon, habitual en sus películas y que no dudó en rebajar su salario para volver a trabajar con el director. Pero el caso de de Whiplash Willie fue diferente, porque Wilder escribió el papel pensando en Walter Matthau, y tenía que ser él sí o sí. Más acostumbrado al teatro, en el cine era un secundario habitual con más de una decena de películas a sus espaldas. Su aportación a la película fue vital, porque se soltó volcando todo su cinismo, ironía y acidez para crear un personaje perfecto al estilo que le definiría después. 

El resto del casting corrió a cargo de Lynn Stalmaster, que colocó a Ron Rich, un actor afroamericano prácticamente desconocido hasta entonces, en el papel de «Boom Boob Jackson«, el jugador de fútbol americano que atropella a Hinkle y es probablemente el único personaje que representa la bondad en toda la película. 

La elección de Judi West, actriz teatral y modelo, fue otro acierto. Ella interpreta a Sandy, la exesposa de Harry, con una “compasión” que en realidad es puro cálculo, movida por la posibilidad de participar en la indemnización millonaria. Su personaje encarna, además, esa visión misógina que Wilder imprimía con frecuencia a muchas de sus mujeres: seres seductores, ambiguos, definidos más por su interés que por su deseo.

Completando el reparto, el mítico Keith Jackson, uno de los comentaristas deportivos más populares de la televisión estadounidense como locutor del partido de los Cleveland Browns.

La música corrió a cargo de André Previn, un compositor clásico que había colaborado en las dos últimas películas con Wilder. Previn construyó una banda sonora basada en el jazz y lo cotidiano. Entre los scores más interesantes estaban  “Bad Guys theme”, “Nice Guys theme” una melodía melancólica para  Harry y Boom Boom, y un vals irónico para Harry & Sandy. Fue de sus últimas partituras. 

Además, incluyó el clásico “You’d Be So Nice to Come Home To” de Cole Porter interpretada por Judi West


Argumento: Sinopsis 

Harry Hinkle (Jack Lemmon) es un cámara de televisión que, mientras graba un partido, recibe un golpe frontal de un jugador de la NFL y acaba hospitalizado. Su cuñado, el abogado Willie Gingrich (Walter Matthau), ve en el accidente un filón, y convence a Harry para fingir una grave lesión y demandar a la compañía de seguros por una fortuna.

Lo que comienza como una farsa controlada se va complicando y las mentiras crecen más rápido que los remordimientos, pero cuando los médicos sospechan, la culpa y la codicia se mezclan en esta sátira llena de momentos cómicos. 

Crítica En bandeja de plata

Jack Lemmon grabando el partido antes del accidente

Billy Wilder, en pleno dominio de su segunda madurez, firma una comedia que destila amargura en cada gag. Pero En bandeja de plata no busca la risa fácil; la provoca pasando por la intimidación y la culpa. La de Jack Lemmon, soberbio en su papel de víctima maleable.

Su personaje Harry se retuerce en la cama del hospital mientras el televisor muestra una biografía de Abraham Lincoln en la que dice: “No se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo.” Y unos minutos después, esa misma máxima reaparece dentro de una galleta de la fortuna que es la que da nombre a la película en la versión original. Ese azar entre el patriotismo y la suerte, son los que arman su arrepentimiento.

Pero en lo visual, Wilder planifica un comienzo con ritmo de Super Bowl: Boom Boom arrolla a Hinkle, y el director se recrea usando el lenguaje televisivo para subrayar la obsesión de los medios y del público por revivir la desgracia ajena como espectáculo. Utiliza cámara múltiple, repeticiones hacia adelante y hacia atrás, ralentiza el movimiento y convierte el golpe en una secuencia bestial. El mensaje queda claro.

Durante el resto del metraje vuelve a su esencia: la cámara es testigo de cómo se desenvuelven sus personajes, sin alardes, pero siempre con intención. Basta con ver la presentación del abogado Gingrich, capaz de robar dinero de una hucha benéfica para madres solteras solo para hacer una llamada telefónica, esa es su forma de adentrarnos en la mezquindad.

Judi West y Walter Matthau urden sus planes a espaldas de Lemmon

Y es que Walter Matthau es, precisamente, el gran acierto de la película: desatado como retorcido manipulador, con su cigarro, su media sonrisa y su talento para justificar cualquier trampa con la ley en la mano. Su monólogo en el despacho, ensayando su alegato, ya vale medio Oscar, el que se llevó como Mejor Actor Secundario.

De su cinismo salen frases míticas, como su crítica precisamente a Lincoln —“gran presidente, pésimo abogado”— o ese momento en el que sostiene la palangana del hospital mientras suelta: “Te estoy sirviendo un cuarto de millón en bandeja de plata” simbolizando lo sucio que está el dinero desde la propuesta. Wilder dijo de él: “Es el único que puede hacerte reír mientras te roba la cartera”.

Visualmente, el director vuelve a confiar en el blanco y negro para centrarnos en la historia. En plena era del color, nos regala simplicidad y comedia clásica, justo cuando Hollywood empezaba a mutar hacia narrativas más violentas y caóticas. Para ello, la música de André Previn resulta perfecta: un swing con saxofón que exagera la comicidad y se burla del drama.

Wilder y Diamond consiguen dan una lección de cómo reírse de la miseria sin perder el pulso moral. No absuelven a nadie, pero tampoco juzgan del todo: deja que el espectador decida si se ríe del engaño… o de sí mismo y la sociedad en la que vive.


Contexto histórico: verla con los ojos de su época

El mundo y el cine cuando se estrenó:
En 1966
era el año en que Hollywood se debatía entre la moral antigua y la modernidad. Entre proyectos como Sonrisas y lágrimas que arrasaban en taquilla o propuestas más innovadoras cercanas al nuevo cine europeo, más improvisación, ritmo y violencia sin censuras. 

Wilder aquí nos ofrecía una comedia negra dentro de un sistema que ya empezaba a romperse. El retrato del falso lesionado y el abogado oportunista reflejaba el auge de la cultura del litigio en EE. UU. y la pérdida de inocencia americana. 

Verla hoy, por primera vez…
Si le quitamos el blanco y negro, y la ponemos en el siglo XXI quizá su humor y profundidad nos podría chirríar, por eso hay que verla en su contexto, y adorarla como joya clásica que es, una sátira elegante sobre la ética y el dinero.

Lo que sigue siendo indiscutible es el ejercicio cinematográfico de su director. Wilder dirige aquí una de las películas clave para entender su filmografía, un puente entre su etapa de comedia sofisticada y su mirada más amarga a la sociedad que le adoptó.


Recepción crítica en su época

Reparto de En bandeja de plata (The Fortune Cookie)

En su estreno, The Fortune Cookie fue recibida con elogios unánimes. celebrada como la mejor de Wilder desde El apartamento y la más divertida desde Con faldas y a lo loco.  The New York Times alabó el regreso del Wilder más crítico y destacó la interpretación de Matthau como “una revelación cómica comparable a las mejores del género”.

Además del Oscar al Mejor Actor Secundario para Walter Matthau,  obtuvo tres nominaciones más: Guion Original, Fotografía y Dirección de Arte. La crítica europea, siempre más sensible al humor negro del director, la elevó a clásico instantáneo.


Recepción del público y taquilla

La película, eso sí, no tuvo igual acogida en las salas, el mundo de Wilder tenía que competir contra propuestas más modernas y no acabó de calar del todo. Pero aunque no arrasó como otras comedias pasadas, tampoco fue un desastre y funcionó bien tanto en Estados Unidos como en Europa.

Su popularidad creció aún más tras el Oscar de Matthau y la consolidación en el film del dúo cómico Lemmon-Matthau, que fue lo que más gustó y que se repetiría en La extraña pareja (1968) y Primera plana (1974) entre muchas otras a lo largo de los años. 


Premios y nominaciones

Año y organismoCategoría del premioResultado
1967 · OscarActor de reparto (Walter Matthau)Ganador
1967 · OscarMejor guion original (Billy Wilder, IAL Diamond)Nominación
1967 · OscarDirección artística B/N (Robert Luthardt, Edward G. Boyle)Nominación
1967 · OscarFotografía B/N (Joseph LaShelle)Nominación
1967 · Globos de OroActor (Comedia o Musical) – Walter MatthauNominación

Curiosidades

El infarto de Walter Matthau

Walter Matthau como Whiplash Willie Gingrich

Unas semanas después de iniciarse la filmación en Cleveland, a mediados de 1966, Walter Matthau sufrió un ataque al corazón. Ocurrió fuera del set; empezó a sentirse mal y fue ingresado de urgencia en un hospital local. La noticia cayó como una bomba en el equipo.

Tenía solo 45 años, que hoy suena joven, pero en aquella época, con el ritmo de cigarrillos, whisky y rodajes, era casi normal que el cuerpo dijera basta.

El estudio (United Artists) se puso nervioso y querían sustituirlo para no parar la producción, pero Wilder se negó rotundamente. Él sabía mejor que nadie que no había otro para interpretar a Willie Gingrich excepto Walter, lo escribió para él. 

La producción se detuvo durante seis semanas. Lemmon, que además era uno de los productores ejecutivos a través de su compañía Jalem Productions, apoyó al director y se mantuvo firme. No hubo reemplazo ni plan B: solo esperaron.

Años después, Matthau bromeaba diciendo que había sido su “mejor inversión”:

“Pasé seis semanas en cama y gané un Oscar. No está mal para un ataque al corazón.”

Cine en blanco y negro

Durante los años 50 y buena parte de los 60, mientras Hollywood se pasaba al Technicolor para competir con la televisión, él seguía rodando en blanco y negro porque creía que daba más realismo, contraste y control visual.

Con Irma la dulce (Irma la Douce, 1963), Wilder no tuvo escapatoria, fue su primera película en color, tenía sentido, porque servía para crear atmósfera, erotismo y comedia visual, algo que en blanco y negro se habría diluido.

Para En bandeja de plata, volvió de nuevo al blanco y negro, en una entrevista dijo que “el color arruina el sarcasmo”, y que el blanco y negro ayudaba a “concentrar al espectador en el diálogo, no en la cortina del fondo”. Con una trama y personajes como Hinkle y Gingrich su elección seguía teniendo mucho sentido. 

Rodaje del partido de fútbol y extras

La escena del golpe se filmó durante y después de un partido real de la NFL entre los Cleveland Browns y los Minnesota Vikings (31 de octubre de 1965).

Wilder había pedido permiso para usar el partido real como fondo documental, pero las tomas dramáticas, el arrollamiento de Harry Hinkle y la caída con cámara múltiple, se rodaron al día siguiente, en una jornada controlada.

Para dar verosimilitud a las gradas, reclutó a unos 10.000 extras, que fueron convocados con anuncios en prensa y radio prometiendo bocadillo y salir en una película de Billy Wilder y con Jack Lemmon

Ese volumen de extras fue un hito, por encima de epopeyas históricas como Ben-Hur (1959), unos 8.000 figurantes para la secuencia de la carrera de cuadrigas. Cleopatra (1963) 6.000 en sus procesiones de Roma, y Espartaco (1960), unos 8.000 soldados para las batallas. 

Así que curiosamente, una comedia, En bandeja de plata, está entre los mayores reclutamientos de extras de la historia del cine.


Por qué la recordamos

Sandy engatusa a Harry Hinkle durante En bandeja de plata

En bandeja de plata es casi una rareza ya en 1966, pero una película imperdible por el retrato amoral de la sociedad, y la búsqueda de la ascensión fácil en escalafón de la sociedad, incluso a costa de la trampa.

Es junto con ¿Quién teme a Virginia Woolf? (también del 66), de las últimas producciones importantes en blanco y negro de un gran estudio, antes de que el color se impusiera por completo en aquella época e incluso desaparecieran de la Academia las categorías separadas —fotografía, vestuario, dirección artística— para el B/N y el color. 

Pero fue también el punto de partida de una de las parejas cómicas del siglo XX, Jack  Lemmon y Walter Matthau, que no se quedaron en el blanco y negro, su éxito y complicidad les hizo llegar juntos hastas 1998, cuando estrenaron su última película.En bandeja de plata habla de la fuerza de la debilidad y la corrupción capitalista como en los grandes éxitos de Wilder, pero con más ironía si cabe y con unos villanos que la defienden: los abogados. 


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *