¿Quién es Clint Eastwood?
| Datos | Información |
|---|---|
| Nombre completo | Clinton Eastwood Jr. |
| Nombre artístico | Clint Eastwood |
| Nacimiento | 31 de mayo de 1930 |
| Lugar de nacimiento | San Francisco, California |
| Altura | 1,93 m |
| Profesión(es) | Actor, director, productor, compositor |
| Años activo | 1954 – presente |
| Formación | Oakland Technical HS; clases de interpretación en LA; US Army (Fort Ord) |
| Nacionalidad | Estadounidense |
| Otros datos relevantes | Fundador de Malpaso Productions; alcalde de Carmel-by-the-Sea (1986-88); propietario del Mission Ranch |
Biografía de Clint Eastwood
Clinton “Clint” Eastwood Jr. nació el 31 de mayo de 1930 en San Francisco, en plena Gran Depresión. Su madre, Margaret “Ruth” Runner, tenía ascendencia irlandesa y holandesa, quedó embarazada precisamente durante en el crack bursátil de 1929, y su padre, Clinton Eastwood Sr., era de origen anlgo-escocés y trabajaba en la industria metalúrgica.
Con esa variedad genealógica nació un bebé de más de cinco kilos, lo que le valió el apodo de “Samson” en el hospital Saint Francis de San Francisco. Y todavía se uniría a la familia un miembro más, su hermana pequeña, Jeanne Bernhardt, nacida en 1934.
Durante sus primeros años la familia se mudó con frecuencia por California buscando trabajo, aunque en 1940 se establecieron en Piedmont, cerca de Oakland. Años más tarde Eastwood hablaría de penurias durante su infancia, pero según Sondra Locke —su futura pareja— los Eastwood vivían acomodadamente, con piscina, coche propio y club campestre.
Desde joven mostró más interés por actividades fuera del colegio que por sus estudios, en los que no consiguió destacar y le obligaron a repetir curso en secundaria y asistir a la escuela de verano. Ya en el instituto destacó por su talento para otras disciplinas, la música y el deporte, su altura (1,93 m) le dio dotes para el baloncesto, pero se centró más en las pesas, el atletismo, la natación y la gimnasia. Sería más tarde cuando descubrió su gran afición, el golf, que mantendría toda su vida.
Según el propio Eastwood, en aquella época solo pensaba en “coches rápidos y chicas fáciles”, por eso hizo cursos de mecánica automotriz y aeronáutica, reconstruyendo motores de autos y aviones en lugar de atender en clase. También aprendió a tocar el piano “de oído” y se apasionó por el jazz, practicando incansablemente en clubs casi hasta hacerle sangrar los dedos. Finalmente, tras cambiar de centro de estudios se acabó graduando en el Oakland Technical en 1949.
En aquella época se fue a vivir a Seattle, donde se ganó la vida en diversos trabajos como cortador de césped, vendedor de periódicos, en un aserradero y como socorrista gracias a la Cruz Roja. Pero decide regresar a California y probar suerte con el piano en bares de Oakland, sacando partido a su habilidad con el ragtime, boogie-woogie y jazz, siempre “de oído” porque nunca estudió música formalmente.
En 1951, en plena Guerra de Corea, fue reclutado por el Ejército y destinado a Fort Ord, California. Allí ejerció como instructor de natación y proyectaba películas de entrenamiento. Un puesto cómodo que pudo deberse, según rumores, a que cortejaba a la hija de un alto mando de la base, lo que le habría evitado destinos más peligrosos.
Carrera como actor
De vuelta a la vida civil en Los Ángeles, gracias a un contacto del ejército entró en los estudios Universal y pudo hacer una prueba para el director Arthur Lubin, que tenía una carrera larga a sus espaldas y éxitos recientes como la saga de La mula Francis.
Eastwood era alto, apuesto y fotogénico, pero carecía de formación como actor, y en sus primeras pruebas se mostró rígido y novato, pero Lubin le ofreció su primer contrato por 100 dólares semanales, y le le recomendó clases de interpretación. Poco después, empezó su carrera con pequeños papeles, y en ese mismo instante, sin nadie saberlo, se estaba forjando el principio de uno de los mayores mitos del cine.
Su debut lo hizo en la película Lady Godiva (1955), donde Maureen O’Hara era la estrella y él aparecía fugazmente como un arquero con apenas unas líneas. Su porte y físico resultaban tan llamativos que alguna vez fue una barrera en las audiciones, pero no impidió que en los siguientes años consiguiera trabajos menores como en Francis en la Marina (1955), que dirigía su valedor Lubin, o El último sol (1956), que sería la primera vez que le veríamos en pantalla con sombrero y cartuchera.
Pero su primera gran oportunidad llegó en 1958 de la mano de la cadena CBS, cuando fue elegido para co-protagonizar el western televisivo Cuero crudo (Rawhide). Durante ocho temporadas interpretó a Rowdy Yates en una serie que se estrenó el 9 de enero de 1959 con un total de 217 episodios.
En sus momentos más álgidos, fue la #6 serie más vista de la parrilla, con lo que llegó a tener un público fiel, pero antes de empezar su última temporada pidió permiso para irse a rodar una película de bajo presupuesto, aprovechando el parón entre temporadas y con la cadena preparando el cierre final, accedieron a su petición.
Y aquí se vienen cositas interesantes amigos, porque lo que en Once Upon a Time in Hollywood aparece como un giro ficticio en la carrera de Rick Dalton, en la vida real sí le sucedió a Clint Eastwood: una invitación para rodar en Italia, donde estaba a punto de nacer un género.
El Spaghetti Western: 1964–1967
Poder hacer un papel protagonista en una película, viajar a Europa, y escapar de los problemas que tenía en su matrimonio durante una temporada, fueron las razones principales que le animaron a irse entre abril y mayo de 1964 a rodar a España, aunque de sobra es conocido que no fue la primera opción.
Tal y como contamos en la biografía de Sergio Leone, primero pensó en Henry Fonda, su gran deseo, ante la negativa pensó en James Coburn y Charles Bronson, hasta que desesperado se lo propuso a Eric Fleming, compañero Clint en la serie Rawhide, la suerte, o la casualidad estuvo del lado de su lado, porque otro actor americano, Richard Harrison, que ya trabajaba en Italia recomendó al otro protagonista de la serie, el que dijo sí.
Con un salario cercano a los 15.000$ más dietas, cogió un avión y participó en un accidentado y desastroso rodaje en Almería y los estudios de Cinecittà en Roma que estuvo a punto de dejar, pero finalmente terminó la película. Una vez en América, tras el estreno en septiembre – muy rápido – leyó que un western italiano estaba teniendo mucho éxito al otro lado del Atlántico, y ni siquiera se dio cuenta que era el suyo, ya que le cambiaron el nombre justo antes de estrenar, Por un puñado de dólares.
Llevó su propio vestuario de la serie, los cigarrillos negros cortados, compró el poncho mexicano en Almería, apenas habló con nadie durante el rodaje, pero se forjó una leyenda, allí se creó el Hombre sin Nombre.
Tras el éxito, Leone y Eastwood rodaron La muerte tenía un precio (Por unos dólares más, 1965), donde volvió a encarnar al cazarrecompensas, pero ahora junto a Lee Van Cleef y al año siguiente El bueno, el feo y el malo (1966), donde el trío se cerró con Eli Wallach. Ya para esta película, negoció un salario de 230.000$ y un porcentaje de beneficios, lo que a la postre le permitiría fundar su propia productora.
De ésta última es precisamente la frase con la que abrimos su biografía, una de las más célebres del actor: «Verás, el mundo se divide en dos categorías, los que tienen el revolver cargado, y los que cavan. Tú cavas.«
Con ese cinismo en las tres películas, fue dando molde al carácter del antihéroe que tanto reconocimiento le ha traído, solitario, cínico, lacónico, pero sobre todo, con un carisma que simpatizaba con el público. El resto, lo pusieron Leone, Morricone y el las grandes actuaciones de Wallach y Van Cleef.
Pero el verdadero giro estuvo en que tras el éxito europeo de Por un puñado de dólares y La muerte tenía un precio, United Artists compra los derechos de las tres películas a precio de ganga, y con una gran estrategia, las estrenó como una trilogía el mismo año, enero, mayo y diciembre de 1967. Fue en ese momento cuando Eastwood pasó a ser una de las mayores estrellas del momento, y lo que catapultó su fama para lo que vino después.
Cerrada la Trilogía del Dólar Leone, le ofreció participar en Hasta que llegó su hora (Érase una vez el Oeste, 1968), pero ya tenía algunos problemas con el director por perder protagonismo y no quería encasillarse en otro proyecto italiano. Fue en ese momento cuando decidió volver a Hollywood centrado en tomar el control de su carrera.
Regreso a Hollywood
Con el asesoramiento de su contable Irving Leonard, invirtió sus ganancias para fundar su propia productora en 1967: Malpaso Productions, bautizada así en honor a un arroyo cercano a su rancho en California, del que se acordó porque muchos le dijeron que irse a Italia iba a ser un “mal paso”. El nombre fue elegido con ironía, y a partir de entonces le serviría de escudo creativo, dándole la oportunidad de rodar a su manera.
En 1968 protagonizó su primer film norteamericano como estrella: Cometieron dos errores (La marca de la horca, 1968), un western revisionista donde interpretaba a un marshal que busca venganza tras sobrevivir a un linchamiento, en una historia áspera y violenta que conectaba con el estilo que había pulido con Leone.
Gracias a este proyecto, ganó 400.000 dólares de salario más el 25 % de la taquilla, cifras muy superiores a los contratos que había tenido. Además, la película fue coproducida por Malpaso y United Artists, y al estrenarse en julio de 1968 resultó un éxito comercial y crítico. De esta manera Clint trasladaba con éxito el tirón de la Trilogía del Dólar al cine estadounidense.
Antes incluso de que Cometieron dos errores llegara a los cines, Eastwood inició otro rodaje crucial por su impacto posterior. A finales de 1967 se puso a las órdenes de Don Siegel en La jungla humana (Mi nombre es violencia, 1968). Allí encarnó a un sheriff de Arizona que persigue a un criminal prófugo por las calles de Nueva York: convirtiéndose en un verdadero pez fuera del agua en aquella jungla urbana.
Con esta película se forjaron dos relaciones clave: era la primera de cinco colaboraciones con Siegel —quien sería en su mentor y amigo— y el inicio de su asociación con el compositor argentino Lalo Schifrin, que pondría música a varios de sus filmes posteriores en los 70 y 80. Ese personaje de policía duro anticipaba al futuro Harry Callahan, y la violencia explícita del film levantó polémica, pero a Clint, sin embargo, le sirvió para consolidarse como el prototipo de nuevo héroe de acción.
Su siguiente película fue junto a Richard Burton, El desafío de las águilas (Donde las águilas se atreven, 1968), taquillazo bélico ambientado en la Segunda Guerra Mundial por el que su caché ya fue de 750.000 dólares. Y en 1969 sorprendió al aparecer en el musical La leyenda de la ciudad sin nombre (Paint Your Wagon), junto a Lee Marvin y Jean Seberg.
La película es recordada sobre todo por su bella banda sonora, que estuvo nominada al Oscar, y por Lee Marvin cantando “Wand’rin’ Star” (Ver escena en YouTube), que se convirtió en número uno en listas. Incluso Eastwood se animó a cantar, pero la producción fue un caos: el presupuesto superó los 20 millones de dólares, una fortuna entonces.
La crítica le dio la espalda, y en taquilla recuperó cerca de 31 millones, pero lejos de lo que la Paramount esperaba, que pensaba revivir con el western éxitos como The sound of music o My Fair Lady.
1970 cerró la década con Dos mulas y una mujer (Two Mules for Sister Sara), otro paseo por el Oeste ambientado en México bajo la dirección de Siegel y junto a Shirley MacLaine. Allí retomó su imagen de pistolero misterioso, puro en boca e indumentaria pintoresca, era casi un guiño a su Hombre sin Nombre. Aunque en su estreno no fue bien recibida, años después ha ganado en peso histórico.
Ese mismo año rodó Los violentos de Kelly (El botín de los valientes, 1970), comedia bélica coral sobre un grupo de soldados que roba oro nazi y en la que ya era la estrella absoluta del reparto. Fue la última película en la que actuó sin producirla él mismo, desde entonces casi todo llevaría el sello Malpaso.
Carrera como director
En 1971 Eastwood ya era estrella en varios géneros, pero aquel año cambiaría su vida. Primero, dio el salto a la dirección para obtener el control creativo que buscaba. Con apoyo de Malpaso, rodó su ópera prima Escalofrío en la noche (Obsesión mortal, 1971). Thriller psicológico filmado en apenas seis semanas en Monterey, donde daba vida a un DJ de jazz acosado por una fan fatal, una aterradora Jessica Walter.
Eligió el guión porque le permitía volcar dos de sus pasiones —el jazz y el suspense psicológico— e incluso añadió escenas del Monterey Jazz Festival de 1970. Su debut resultó sólido, la crítica elogió la atmósfera inquietante y Jessica fue nominada al Globo de Oro. A partir de entonces Clint acostumbraría a dirigir y protagonizar muchos de sus films.
Pero una de las pocas veces que este binomio no se dió, fue en Harry el sucio (Dirty Harry, 1971), la película que acabaría por definir su imagen de tipo duro para el resto de su carrera. Bajo dirección de su amigo Don Siegel dio vida al inspector Harry Callahan, un policía de San Francisco implacable en la caza de un asesino apodado Scorpio.
Callahan convirtió en icónica su Magnum .44 y escupía frases lapidarias que dejaron una legión de fans, una de las más famosas y que estampó millones de camisetas, “Anda, alégrame el día”, pronunciada en la cuarta entrega de la saga durante un asalto a una cafetería. Hasta el presidente Ronald Reagan la usaría en un discurso.
A pesar de que el contexto político era ambiguo en Estados Unidos y algunos la tacharon de fascista, Harry el sucio fue un éxito arrollador allí y en todo el mundo, por eso mismo se crearon cuatro secuelas que se alargaron hasta 1988 y convirtió el revólver Smith & Wesson Modelo 29, calibre .44 Magnum en objeto de deseo.
A sus 41 años, Eastwood se sacudía temporalmente el polvo del Viejo Oeste y se consagraba como el nuevo héroe urbano de los 70, una década en la que proliferaron antihéroes justicieros y rompehuesos como Travis Bickle en Taxi Driver (1976), Paul Kersey en El justiciero de la ciudad (el vengador de la noche, 1974) o Frank Serpico en Serpico (1973).
Su siguiente paso sería Joe Kidd (1972), un western convencional dirigido por John Sturges, que resultó menor en comparación con otros siguientes, como por ejemplo el que dirigió y protagonizó al año siguiente, Infierno de cobardes (High Plains Drifter), de nuevo con sombrero, esta vez contando una historia gótica con toques sobrenaturales que evidenció la influencia estilística de Sergio Leone y Don Siegel, fusionando el western clásico con elementos casi de terror.
En 1976 llegó uno de sus filmes más aclamados: El fuera de la ley (El fugitivo Josey Wales, 1976), un western crepuscular que Eastwood dirigió y protagonizó. La película sigue a Josey Wales, un granjero sureño que busca venganza tras el asesinato de su familia durante la Guerra de Secesión.
Con un tono reflexivo, la historia evoluciona de la violencia hacia la redención, pues Wales termina protegiendo a un grupo de parias en su huida al oeste. Fue el primer western dirigido íntegramente por Eastwood, pero tomó las riendas tras reemplazar al director original, Philip kaufman (La invasión de los ultracuerpos, 1978) y demostró que ya estaba madurando tras la cámara.
La crítica la elogió; la revista Time la incluyó entre las diez mejores películas del año y celebró la atmósfera melancólica y reflexiva que creó. En ella la humanidad de Josey Wales se contrapone a la frialdad del Hombre sin Nombre, evolucionando el arquetipo de Eastwood hacia otras rutas emocionales. Su compañera en aquel entonces, Sondra Locke, era la protagonista femenina, con la que trabajó varias veces en estos años.
Sus colaboraciones con Don Siegel se cerraron con Fuga de Alcatraz (Alcatraz: Fuga imposible, 1979), un thriller carcelario sobrio y claustrofóbico rodado en la auténtica prisión de la isla de San Francisco. Basada en hechos reales, Eastwood encarnó a Frank Morris, un preso que planea una fuga imposible.
Siegel, sustituyó la acción explosiva por una tensión casi física, donde cada ruido de herramienta o mirada entre reclusos se convertía en un pulso contra el sistema. La película fue un éxito de crítica y taquilla, y se considera hoy una de las mejores películas carcelarias de la historia.
Maestro y discípulo, Siegel y Eastwood se habían influido mutuamente durante más de una década, pero el alumno estaba listo para caminar solo, por delante unos años 80 que iban a suponer un ostracismo para casi todos los actores de su época, pero no para él.
Años 80 contra las nuevas estrellas juveniles
Inquieto por diversificar, Clint probó el cine de espionaje y acción tecnológica con Firefox (1982), donde dirigió e interpretó a un piloto que roba un avión secreto soviético. Su motivación principal era el reto técnico que suponía el film y la trama sobre la Guerra Fría, pero fue una película de encargo a la que no acabó de dar su sello.
Más entrañable fue Bronco Billy dos años antes (1980), comedia dramática en la que encarnó a un vaquero de rodeo moderno que dirige un espectáculo ambulante. De nuevo junto a Sondra Locke, quiso hacer un homenaje al mito del Oeste que se estaba escapando y al ideal del “cowboy”, a pesar de ser una debilidad personal no consiguió conectar en el público de la época.
En El aventurero de medianoche (Honkytonk Man, 1982), drama ambientado en la Gran Depresión sobre un cantante de country alcohólico, compartió cartel con su hijo Kyle Eastwood en su debut, y en 1984 En la cuerda floja, también en el de su hija Alison Eastwood.
Entre medias, volvió a meterse en la piel de Harry el sucio en Impacto súbito (Sudden Impact), la cuarta entrega de la saga y la única dirigida por él mismo. La película se convirtió en la más taquillera de la franquicia, con más de 67 millones de dólares de recaudación, y demostró que competir con los héroes de los 80, Stallone o Schwarzenegger no le daban miedo a Callahan.
Pero su cine iba por otro lado diferente, y en 1985 dirigió y protagonizó El jinete pálido (Pale Rider), donde encarnó a un misterioso predicador que defendía a unos mineros humildes. El filme recuperó el western en plena década de los 80, con tintes casi místicos.
Hay pocas películas destacables de la época en el género, Arma jóven (Jóvenes pistoleros, 1988) o Silverado (1985) que apostaban por la aventura ligera y tuvieron éxito, o las más arriesgadas como La puerta del cielo (1980) que fue un batacazo capaz de tumbar a United Artist, pero Eastwood no podía renegar de él, iba a contracorriente porque le debía todo al western.
Lo honró bien. El jinete pálido fue aclamada como “el mejor western en mucho tiempo” y se convirtió en uno de sus mayores éxitos de taquilla. Además fue un punto de inflexión de su legado, porque se ganó el respeto de la crítica que vio en ella un homenaje a clásicos como Raíces profundas (Shane, el desconocido, 1953), de la que es prácticamente un remake.
Un año después se sacó de la manga uno de los personajes más recordados de los 80: Tom Highway, un veterano sargento de marines con muy mala uva que tiene que enderezar a una sección de reconocimiento llena de outsiders, y a la que pone más recta que el palo de la bandera americana. Sus frases cortantes no daban pie a réplica, El sargento de hierro (El guerrero solitario, 1986) fue tan irreverente que el Departamento de Defensa estuvo a punto de retirar su apoyo logístico.
Pero en la película fue un rotundo éxito: con un presupuesto estimado de 15 millones de dólares, logró recaudar cerca de 42,7 millones sólo en Estados Unidos. Highway era capaz disparar más hostilidades por su boca que una ametralladora. En España le dobló Constantino Romero, el mismo que dio voz a Darth Vader, así que mientras daba órdenes, estabas más quieto en la butaca que cualquiera de los soldados rasos de su sección.
A los 56 años, Eastwood demostraba que seguía tan vigente como las jóvenes estrellas de la era Reagan, el llamado Brat Pack —Emilio Estévez, Rob Lowe, Anthony Michael Hall o Andrew McCarthy, entre otros—, fueron estelas fugaces que se apagaron en la década siguiente: aquel cine adolescente no asumió que esa etapa sería efímera. Clint, en cambio, no solo mantuvo el pulso, sino que dobló la apuesta.
Años 90 y reconocimiento
La década de 1990 trajo a un reconocimiento crítico que igualó —y quizá superó— su fama popular. En 1990 estrenó Cazador blanco, corazón negro (White Hunter, Black Heart), adaptación de la novela del guionista Peter Viertel, que se inspiró en el director John Huston durante el rodaje de La reina de África (la reina africana, 1951).
Eastwood interpretó a un cineasta obsesionado con cazar un elefante en África, la cinta tuvo un lanzamiento modesto y una acogida dividida: fue aplaudida por la crítica, pero ignorada por gran parte del público, que sí se pondría en pie en su siguiente película.
En 1992 volvió al western por última vez en mucho tiempo, pero lo hizo para dejar la última lección de un maestro que lo había dado todo por el lejano Oeste. Dirigió, produjo y protagonizó Sin perdón (Los imperdonables, 1992), una obra maestra y uno de los mejores western crepusculares de la historia.
Encarnó a William Munny, un pistolero retirado que acepta un último “trabajo” pese a sus remordimientos, junto a un Morgan Freeman que empezaba a estar en todas las películas memorables de la década. El guion llevaba años en un cajón de Malpaso, reservado por Clint hasta que se sintió con la edad adecuada para dar vida a un pistolero viejo y cansado.
Sin perdón enterró la mitología del western clásico: mostró la violencia con toda su verdad, reflexionó sobre las consecuencias de matar incluso para un pistolero y dejó unas soberbias actuaciones de los dos protagonistas, pero sobre todo de Gene Hackman como sheriff traicionero que se llevó el Oscar a Mejor Actor de reparto.
La crítica se rindió por completo: Jack Mathews, de Los Angeles Times, la elogió como el mejor western clásico desde Centauros del desierto (1956) de John Ford. Obtuvo nueve nominaciones al Oscar y ganó cuatro, incluyendo Mejor Película y Mejor Director. A sus 63 años, Eastwood subió al escenario para recoger las estatuillas, logrando por fin la validación de la industria.
El personaje de Munny, el pistolero viejo y desencantado, pareció cerrar simbólicamente el espíritu del Hombre sin Nombre, ahora reflexionando sobre las consecuencias de la violencia. Aquí sumó además una faceta más a sus producciones, la bellísima melodía Claudia’s Theme, fue compuesta por él mismo aunque tocada por Lennie Niehaus, responsable de la banda sonora. Era el mejor cierre a un género, aunque muchos años después, no pudo contenerse y lo retomó.
Tras ese hito, encadenó varios proyectos que engrandecieron su figura. En 1993 dirigió Un mundo perfecto (A Perfect World), con Kevin Costner y Laura Dern, un drama sobre la relación entre un fugitivo y un niño que fue elogiado por su belleza, y humanidad. Y también protagonizó un Thriller de acción que le devolvía al cine comercial con gran efectividad, En la línea de Fuego, como guardaespaldas retirado y persiguiendo a un psicópata John Malkovich.
Pero donde realmente sorprendió fue con Los puentes de Madison (The Bridges of Madison County, 1995), junto a Meryl Streep. La historia de amor entre un fotógrafo y un ama de casa conmovió al público y reveló una faceta romántica e insospechada de Clint. Lo curioso es que el rodaje fue famoso por su rapidez: apenas cinco semanas. Streep bromeaba con que Eastwood se levantaba a las cinco para rodar y tener las tardes libres para jugar al golf.
A sus 65 años, dejó una de las películas más recordadas de los 90 y una de las cumbres del cine romántico casi siempre reservado para protagonistas más jóvenes, la historia de Francesca y Robert emocionaba tanto por la química de los dos veteranos como por su preciosista fotografía y arrasó en taquilla recaudando más de 180 millones de dólares.
En 1997 estrenó Poder absoluto (Absolute Power), donde dirigía e interpretaba a un ladrón que descubre un escándalo presidencial junto a Gene Hackman de nuevo, y en 1999 Ejecución inminente (True Crime), sobre la lucha contrarreloj por salvar a un condenado a muerte. Aunque tuvieron una recepción más discreta, las dos funcionaron bien en las salas.
Por último, cerró la década con Space Cowboys (2000), aventura espacial de veteranos astronautas que protagonizó junto a leyendas como Tommy Lee Jones, Donald Sutherland y James Garner. Fue una mezcla de humor, nostalgia y compadreo entre amigos que no presagiaba la etapa que vendría: la de un Eastwood mayor, pero más vivo que nunca.
Madurez en el siglo XXI
Lejos de disminuir su ritmo, Clint Eastwood entró en el siglo XXI con una energía que muchos directores veinte años más jóvenes envidiarían, porque muy pocos cineastas han conseguido encadenar tantas películas destacadas después de los 70 como hizo él. Su estilo tras la cámara, cada vez más sobrio, depurado y con un eco clásico que solo se puede aprender con la experiencia, encontró un reconocimiento crítico si cabe mayor.
Las historias que vendrán en esta etapa ahondan en la condición humana, con frecuencia inspiradas en hechos reales o en la historia reciente de Estados Unidos, desde la violencia y la culpa hasta el heroísmo y la redención. En contraste con su imagen de “tipo duro”, sus películas de madurez dieron voz a personajes vulnerables, incluyendo mujeres fuertes y minorías marginadas. Una mirada a lo más profundo de nuestras emociones que han terminado por enriquecer su filmografía.
El año 2003 marcó el inicio de una racha extraordinaria. Eastwood dirigió Mystic River (2003), un crudo drama policial ambientado en Boston, basado en la novela de Dennis Lehane, un autor que ha dejado joyas para el cine contemporáneo. Con un reparto que terminó dando unas interpretaciones descomunales, Sean Penn, Tim Robbins y Kevin Bacon, la película exploraba las cicatrices de la violencia, la infancia perdida y los fantasmas del pasado.
Mystic River es sin duda una de los trabajos más aclamados por la crítica del director, obtuvo seis nominaciones al Oscar, de las cuáles Penn y Robbins se llevaron las estatuillas como actores principal y secundario. Eastwood, aunque no ganó, volvió a ser nominado como Mejor Director después de regalarnos un drama tan perturbador como imperdible y una de las mejores películas del siglo XXI.
Pero es que apenas un año después, en 2004, se superó a sí mismo con Million Dollar Baby. Una historia intimista sobre una boxeadora decidida (Hilary Swank) y su gruñón entrenador (él mismo, en uno de sus papeles más memorables) que resultaba tan vibrante como conmovedora. En esta ocasión, no solo dirigió, produjo y protagonizó: también compuso la banda sonora.
La película era la gran favorita para los premios y conquistó cuatro Oscars, incluyendo Mejor Película y un segundo galardón a la Mejor Dirección para Eastwood, que a sus 74 años se convirtió en el director más mayor en conseguir la estatuilla. Pero no acabó ahí, porque se llevó también el Globo de Oro y el premio del Círculo de críticos de Nueva York a la Mejor dirección. En ese mismo momento toda la industria le miraba con admiración.
Pero lejos de detenerse, con dos Oscars más en su vitrina, Eastwood siguió encadenando proyectos ambiciosos. En 2006 estrenó un díptico cinematográfico sobre la Batalla de Iwo Jima. Primero llegó Banderas de nuestros padres (La conquista del honor), centrada en los soldados estadounidenses que izaron la bandera en la Segunda Guerra Mundial y sobre los que se creó el famoso Monumento de Guerra del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos ubicado justo al lado del Cementerio Nacional de Arlington.
Poco después, Cartas desde Iwo Jima, hablada casi íntegramente en japonés y hacía algo que no es común en el cine americano, contaba la historia desde la perspectiva del ejército nipón. Un segundo film que fue especialmente aplaudido por su valentía, y le valió de nuevo otra nominación al Oscar a Mejor Película y Director. Ese mismo año, Japón lo honró con la Orden del Sol Naciente, un reconocimiento poco habitual para un cineasta extranjero, agradeciéndole haber dado voz al lado japonés del conflicto.
Tras el díptico bélico en 2008, la racha no parecía parar, dirige y protagoniza Gran Torino, una historia sobre un veterano racista y cascarrabias que termina entablando amistad con sus jóvenes vecinos hijos de inmigrantes refugiados de Vietnam. Tenía 78 años, pero su interpretación fue tan magnética como la de su sargento Highway: un martillo pilón de cinismo e ironía, pero en este caso con un profundo fondo humano.
La película combinaba drama y humor negro, y fue un éxito global. Con ella, Eastwood ofrecía un mensaje profundamente humano: un veterano de guerra racista que, al convivir con sus vecinos inmigrantes hmong, acaba redimiéndose y reconociendo su propia intolerancia. En el fondo, Gran Torino era una reflexión sobre la culpa, la vejez y la posibilidad de cambiar incluso cuando parece demasiado tarde.
Ese mismo año, 2008, estrenó también El intercambio (Changeling), un drama ambientado en los años 20 con Angelina Jolie como madre coraje en busca de su hijo desaparecido. Volvió a componer una banda sonora que además fue nominada en los Globos de Oro. Y luego vinieron Invictus (2009), historia sobre la unión racial en la Sudáfrica de Mandela con Morgan Freeman y Matt Damon, y J. Edgar (2011), con Leonardo DiCaprio en la piel del mítico director del FBI Edgar Hoover y Naomi Watts como su secretaria. Cuando traspasas el cielo, es fácil que todos te quieran bajar, y a Eastwood parece que se le exigía ya siempre el máximo nivel, aunque estas no llegaban a las cotas de excelencia de las primeras películas que hizo este siglo, las tres seguían demostrando que era un gran narrador.
Y si alguien pensaba que su cine ya estaba en declive, en 2014 firmó uno de sus mayores éxitos: El Francotirador (American Sniper). Con 58 millones de presupuesto fue la película más vista de 2014 en Estados Unidos, superando a producciones con mucho más músculo detrás como Guardianes de la Galaxia, y recaudando en todo el mundo más de $547 millones. A la postre, también ha sido la película más taquillera de su filmografía, un hito que parece increíble para un hombre que cumplía, no olvidemos, 84 años.
La historia del francotirador SEAL Chris Kyle no estuvo exenta de polémica por el triste desenlace del héroe, “el Leyenda”, y el doble juicio sobre la guerra de Irak y los veteranos. Aunque Eastwood fue claro sobre su postura: “No hice una película sobre la guerra, sino sobre los hombres que viven con ella cuando ya ha terminado.”
El reparto incluía a un engorgado Bradley Cooper, haciendo un muy creíble trabajo interpretando a Kyle que le valió una nominación como Mejor actor y a Sienna Miller. Además, Eastwood se llevó un premio de la Asociación de Críticos Norteamericanos a la Mejor dirección.
Después vinieron Sully (2016), con Tom Hanks como el piloto que amerizó milagrosamente un avión en el río Hudson; y Mula (The Mule, 2018), donde Clint, con 88 años, se reservó el papel de un anciano transportista de droga basado en un caso real. Su interpretación, cargada de humor autoirónico, mostró que aún conservaba intacta su capacidad de atrapar al espectador.
En 2021, con 91 años, volvió a ponerse delante de las cámaras en Cry Macho, después de Sin Perdón, se atreve con otro western crepuscular sobre un viejo vaquero en busca de redención en México. Y aún hubo otro capítulo: en 2024 estrenó Jurado Nº 2 , un thriller judicial con Nicholas Hoult y Toni Collette.
Eastwood ha pasado siete décadas en los sets de rodaje. Nunca fue amante de alfombras rojas ni de la vida social, siempre prefirió el silencio del plató y el trabajo constante. Hoy sus apariciones públicas son mínimas, pero no necesita más promoción: a estas alturas, su nombre es sinónimo de cine con mayúsculas.
Compositor de cine y estrella absoluta
Lo que muchos no saben es que Clint Eastwood siempre fue, antes que nada, un músico apasionado. Tal y como contamos al inicio de su biografía, tocaba el piano en bares y locales, sobre todo su adorado jazz. Entre sus ídolos, nombres legendarios: Charlie Parker, Thelonious Monk, Oscar Peterson, Dave Brubeck.
Aunque el cine se impuso en su camino, nunca abandonó la música. En los años 80 dirigió Bird (1988), biografía de Charlie Parker, que le valió un Globo de Oro a Mejor Director. En 2003, dirigió el documental Piano Blues, donde entrevistaba a grandes pianistas de jazz. Y a partir de Mystic River (2003) comenzó a componer sus propias bandas sonoras, casi siempre al piano: melodías mínimas, delicadas, cargadas de melancolía. Su estilo musical es tan sobrio como su cine: notas sencillas que acompañan sin imponerse.
Así, Eastwood escribió o coescribió música para ocho de sus películas, en títulos como Million Dollar Baby (2004), El intercambio (2008) o Gran Torino (2008). En 2007, su tema “Grace Is Gone” para la película La vida sin Grace, le valió dos nominaciones al Globo de Oro. Ese mismo año, el prestigioso Berklee College of Music le otorgó un doctorado honoris causa en el Festival de Jazz de Monterey, del que Clint ha sido activo organizador durante años.
Su hijo Kyle Eastwood, contrabajista de jazz, ha heredado la pasión paterna y ha colaborado en varias partituras de Malpaso Records, sello con el que Clint ha editado las bandas sonoras de sus filmes. Junto a Kyle, el arreglista Lennie Niehaus y el compositor Michael Stevens, han dado forma a ese sonido único suyo: intimista, melódico, directo al corazón.
Leyenda del cine
Hoy, con más de 50 películas como actor, más de 40 como director, productor de la mayoría y participando en la música en casi una veintena, su legado es incomparable.
Ha recaudado más de 1.700 millones de dólares solo en EE.UU., pero lo que pesa más que las cifras es el respeto unánime de la crítica y de sus colegas. Es una de las pocas personalidades nominadas al Oscar como actor y director por la misma película (Sin perdón y Million Dollar Baby), hazaña que comparte con Warren Beatty.
Ha ganado 4 Oscars competitivos, 5 Globos de Oro, el premio a la trayectoria del American Film Institute (2009), la Legión de Honor en Francia y la ya citada Orden del Sol Naciente en Japón. Con más de 90 años, Clint Eastwood sigue siendo el último gran hombre del salvaje Oeste. Su nombre evoca un estilo de cine inconfundible y una ética de trabajo incansable. Es el pistolero solitario que mira al horizonte y el director veterano que observa, desde detrás de la cámara, la condición humana. Eastwood ha levantado un legado artístico que lo consagra, sin discusión, como estrella absoluta del Hollywood de ayer y de hoy.
Películas de Clint Eastwood
| Título en español | Título original | Año | Participación |
|---|---|---|---|
| Lady Godiva | Lady Godiva of Coventry | 1955 | Actor |
| Francis en la Marina | Francis in the Navy | 1955 | Actor |
| Tarántula | Tarantula | 1955 | Actor |
| La primera vendedora ambulante | The First Traveling Saleslady | 1956 | Actor |
| Hoy como ayer | Never say Goodbye | 1956 | Actor |
| El último sol | Star in the Dust | 1956 | Actor |
| Ataque bajo el sol | Ambush at Cimarron Pass | 1958 | Actor |
| La escuadrilla Lafayette | Lafayette Escadrille | 1958 | Actor |
| Cuero crudo (Serie) | Rawhide | 1959 | Actor |
| Por un puñado de dólares | A Fistful of Dollars | 1964 | Actor |
| La muerte tenía un precio | For a Few Dollars More | 1965 | Actor |
| El bueno, el feo y el malo | The Good, the Bad and the Ugly | 1966 | Actor |
| Las brujas | Le streghe | 1967 | |
| Cometieron dos errores (La marca de la horca) | Hang ’Em High | 1968 | Actor/Prod. |
| La jungla humana (Mi nombre es violencia) | Coogan’s Bluff | 1968 | Actor |
| El desafío de las águilas (Donde las águilas se atreven) | Where Eagles Dare | 1968 | Actor |
| La leyenda de la ciudad sin nombre | Paint Your Wagon | 1969 | Actor |
| Dos mulas y una mujer (Dos mulas para la hermana Sara) | Two Mules for Sister Sara | 1970 | Actor |
| Los violentos de Kelly | Kelly’s Heroes | 1970 | Actor |
| Escalofrío en la noche | Play Misty for Me | 1971 | Director/Actor/Prod. |
| Harry el sucio | Dirty Harry | 1971 | Actor |
| El seductor (El engaño) | The Beguiled | 1971 | Actor |
| Escalofrío en la noche (Obsesión mortal) | Play Misty for Me | 1971 | Actor |
| Joe Kidd | Joe Kidd | 1972 | Actor |
| Harry el fuerte | Magnum Force | 1973 | Actor |
| Infierno de cobardes | High Plains Drifter | 1973 | Director/Actor/Prod. |
| Un botín de 500.000 dólares (Especialista en el crimen) | Thunderbolt and Lightfoot | 1974 | Actor |
| Licencia para matar | The Eiger Sanction | 1975 | Director/Actor/Prod. |
| Harry el ejecutor (Sin miedo a la muerte) | The Enforcer | 1976 | Actor/Prod. |
| El fuera de la ley (El fugitivo Josey Wales) | The Outlaw Josey Wales | 1976 | Director/Actor/Prod. |
| Ruta suicida | The Gauntlet | 1977 | Actor/Prod. |
| Duro de pelar | Every Which Way But Loose | 1978 | Actor/Prod. |
| Fuga de Alcatraz | Escape from Alcatraz | 1979 | Actor |
| Bronco Billy | Bronco Billy | 1980 | Director/Actor/Prod. |
| La gran pelea (La pelea del siglo) | Any Which Way You Can | 1980 | Actor/Prod. |
| Firefox (Firefox, zorro de fuego) | Firefox | 1982 | Director/Actor/Prod. |
| Impacto súbito (Impacto fulminante) | Sudden Impact | 1983 | Director/Actor/Prod. |
| En la cuerda floja | Tightrope | 1984 | Actor/Prod. |
| Ciudad muy caliente | City heat | 1984 | Actor/Prod. |
| El jinete pálido | Pale Rider | 1985 | Director/Actor/Prod. |
| El sargento de hierro | Heartbreak Ridge | 1986 | Director/Actor/Prod. |
| Bird | Bird | 1988 | Director/Prod. |
| El Cadillac rosa (En la pista de los asesinos) | Pink Cadillac | 1989 | Actor/Prod. |
| El principiante | The Rookie | 1990 | Actor/Prod. |
| Cazador blanco, corazón negro | White Hunter, Black Heart | 1990 | Director/Actor/Prod. |
| Sin perdón (Los imperdonables) | Unforgiven | 1992 | Director/Actor/Prod. |
| Un mundo perfecto | A perfect world | 1993 | Director/Actor/Prod. |
| En la línea de fuego | In the Line of Fire | 1993 | Actor (piano en BSO) |
| Los puentes de Madison | The Bridges of Madison County | 1995 | Director/Actor/Prod. |
| Poder absoluto | Absolute Power | 1997 | Director/Actor/Prod. |
| Ejecución inminente (Crimen verdadero) | True crime | 1998 | Director/Actor/Prod. |
| Space Cowboys | Space Cowboys | 2000 | Director/Actor/Prod. |
| Deuda de sangre | Blood Work | 2002 | Director/Actor/Prod. |
| Mystic River | Mystic River | 2003 | Director/Prod./Compositor |
| Million Dollar Baby | Million Dollar Baby | 2004 | Director/Actor/Prod./Compositor |
| Banderas de nuestros padres | Flags of Our Fathers | 2006 | Director/Prod./Compositor |
| Cartas desde Iwo Jima | Letters from Iwo Jima | 2006 | Director/Prod. |
| El intercambio | Changeling | 2008 | Director/Prod./Compositor |
| Gran Torino | Gran Torino | 2008 | Director/Actor/Prod./Compositor |
| Invictus | Invictus | 2009 | Director/Prod. |
| Más allá de la vida | Hereafter | 2010 | Director/Prod. |
| J. Edgar | J. Edgar | 2011 | Director/Prod./Compositor |
| Golpe de efecto (Curvas de la vida) | Trouble with the Curve | 2012 | Actor/Prod. |
| El francotirador | American Sniper | 2014 | Director/Prod. |
| Jersey Boys | Jersey Boys | 2014 | Actor/Prod. |
| Sully | Sully | 2016 | Director/Prod. |
| Mula | The Mule | 2018 | Director/Actor/Prod. |
| 15:17 tren a París | The 15:17 to Paris | 2018 | Director/Prod. |
| Richard Jewell | Richard Jewell | 2019 | Director/Prod. |
| Cry Macho | Cry Macho | 2021 | Director/Actor/Prod. |
| Jurado Nº 2 | Juror #2 | 2024 | Director/Prod. |
Premios y nominaciones
Oscar de la Academia
| Año | Película / Categoría | Resultado |
|---|---|---|
| 1993 | Sin perdón – Mejor Dirección | Ganador |
| 1993 | Sin perdón – Mejor Actor Principal | Nominado |
| 1993 | Sin perdón – Mejor Película | Ganador |
| 2004 | Mystic River – Mejor Dirección | Nominado |
| 2004 | Mystic River – Mejor Película | Nominado |
| 2005 | Million Dollar Baby – Mejor Actor Principal | Nominado |
| 2005 | Million Dollar Baby – Mejor Dirección | Ganador |
| 2005 | Million Dollar Baby – Mejor Película | Ganador |
| 2007 | Cartas desde Iwo Jima – Mejor Dirección | Nominado |
| 2007 | Cartas desde Iwo Jima – Mejor Película | Nominado |
| 2015 | El francotirador – Mejor Película | Nominado |
Premios Globos de Oro
| Globos de oro y año | Película / Categoría | Resultado |
|---|---|---|
| 1989 | Bird – Mejor Dirección | Ganador |
| 1989 | Premio Cecil B. DeMille – Trayectoria | Ganador |
| 1993 | Sin perdón – Mejor Dirección | Ganador |
| 1993 | Sin perdón – Mejor Película – Drama | Nominado |
| 1996 | Los puentes de Madison – Mejor Película – Drama | Nominado |
| 2004 | Mystic River – Mejor Dirección | Nominado |
| 2004 | Mystic River – Mejor Película – Drama | Nominado |
| 2005 | Million Dollar Baby – Mejor Dirección | Ganador |
| 2005 | Million Dollar Baby – Mejor Banda Sonora Original | Nominado |
| 2005 | Million Dollar Baby – Mejor Película – Drama | Nominado |
| 2007 | Banderas de nuestros padres – Mejor Dirección | Nominado |
| 2007 | Cartas desde Iwo Jima – Mejor Dirección | Nominado |
| 2007 | Cartas desde Iwo Jima – Mejor Película de Habla No Inglesa | Ganador |
| 2008 | La vida sin Grace – Mejor Banda Sonora Original | Nominado |
| 2008 | La vida sin Grace – Mejor Canción Original (“Grace Is Gone”) | Nominado |
| 2009 | El intercambio – Mejor Banda Sonora Original | Nominado |
| 2009 | Gran Torino – Mejor Canción Original (“Gran Torino”) | Nominado |
| 2010 | Invictus – Mejor Dirección | Nominado |
Otros premios internacionales
| Organismo y año | Película / Categoría | Resultado |
|---|---|---|
| Festival de Cannes 1985 | El jinete pálido – Palma de Oro: Mejor Película | Nominado |
| Festival de Cannes 1988 | Bird – Palma de Oro: Mejor Película | Nominado |
| César 1989 | Bird – Mejor Film Extranjero | Nominado |
| Festival de Cannes 1990 | Cazador blanco, corazón negro – Palma de Oro: Mejor Película | Nominado |
| BAFTA 1993 | Sin perdón – Mejor Dirección | Nominado |
| BAFTA 1993 | Sin perdón – Mejor Película | Nominado |
| César 1996 | Los puentes de Madison – Mejor Film Extranjero | Nominado |
| César 2004 | Mystic River – Mejor Film Extranjero | Ganador |
| Festival de Cannes 2003 | Mystic River – Palma de Oro: Mejor Película | Nominado |
| César 2006 | Million Dollar Baby – Mejor Film Extranjero | Ganador |
| Festival de Cannes 2008 | El intercambio – Palma de Oro: Mejor Película | Nominado |
| BAFTA 2009 | El intercambio – Mejor Dirección | Nominado |
| César 2010 | Gran Torino – Mejor Film Extranjero | Ganador |
| César 2011 | Invictus – Mejor Film Extranjero | Nominado |
Vida personal
Poco antes de licenciarse del ejército en 1953, Clint Eastwood conoció a Maggie Johnson, una estudiante de negocios, en una cita a ciegas organizada por amigos comunes, el flechazo fue rápido y en diciembre de ese mismo año se casaron. Sin embargo, durante el tiempo que vivió en Seattle, Eastwood había mantenido una relación paralela con otra joven, que se quedó embarazada de él.
En 1954, esa mujer dio a luz a una niña, Laurie, que fue entregada en adopción y vivió siempre con otra familia. Clint nunca llegó a saber de su existencia hasta casi tres décadas después, a mediados de los años 80. Laurie localizó a su familia biológica y se reencontró con su padre ya convertido en estrella mundial. Aquel hallazgo fue un shock inicial pero supuso el comienzo de una relación cordial que mantiene desde entonces.
Maggie lo acompañó en la época de la serie Rawhide y en el salto a Europa, pero el matrimonio estuvo marcado por las infidelidades del actor. Junto a ella tuvieron a Kyle Eastwood (1968), hoy contrabajista y compositor de jazz, y Alison Eastwood (1972), actriz y directora que ha trabajado con él varias veces. El matrimonio se separó a finales de los 70, aunque el divorcio legal no llegó hasta 1984.
Tras esa ruptura, Eastwood inició un romance apasionado pero con final tormentoso con la actriz Sondra Locke, a quien conoció rodando El fuera de la ley (1976). Estuvieron juntos entre 1975 y 1989 en una época en la que la actriz coprotagonizó seis de sus películas (Ruta suicida, Bronco Billy, Impacto súbito…), pero la relación no terminó bien.
Ella le demandó por haberla echado de casa cuando la relación se torció y criticó públicamente que su prometedora carrera se acabó tras la ruptura. Y es que aquellos años, Clint llevaba una vida paralela sin ella saberlo: tuvo dos hijos con la azafata Jacelyn Reeves en secreto. Sus hijos Scott Eastwood (1986), que hoy es actor y modelo, y Kathryn Eastwood (1988), también actriz.
Tras aquella convulsa etapa de su vida, llegó una relación más convencional con la actriz Frances Fisher, a la que conoció durante el rodaje de Sin perdón. Con ella tuvo una hija más, Francesca Eastwood (1993), actriz y personalidad televisiva. Pero no duraron mucho tiempo porque en 1996, por segunda vez en su vida, Eastwood volvió a casarse, esta vez con Dina Ruiz, presentadora de noticias 35 años más joven.
Ese mismo año nació Morgan Eastwood (1996), la menor de la saga. Clint y Dina vivieron quizá el periodo más estable del actor. Se ubicaron en la ciudad de Carmel (California), y hasta protagonizaron incluso un reality show en 2012. Pero el matrimonio terminó en 2014 con divorcio incluido.
Eastwood parecía tener la misma capacidad para hacer rodajes que para tener descendencia, porque todavía faltaba Kimber Lynn Eastwood (1964), hija de una relación extramatrimonial con Roxanne Tunis, una doble de riesgo con la que Clint estuvo en los 60. En resumen, la lista de hijos reconocidos, llega hasta 8, de 6 mujeres diferentes.
A partir de 2014, mantuvo una relación discreta con Christina Sandera, quien trabajaba como anfitriona en el restaurante del hotel Mission Ranch de Carmel. Con ella se ha dejado ver públicamente en los Oscar de 2015 y con algunos de sus hijos. Lamentablemente falleció en 2024, a los 61 años por una arritmia cardíaca.
A pesar de la agitada vida sentimental, el actor siempre ha sido reservado y amante de las cosas sencillas. Su refugio es Carmel-by-the-Sea, el pintoresco pueblo costero de California del que fue alcalde entre 1986 y 1988. Con una motivación política tan curiosa como local, quería derogar una ordenanza que prohibía vender helados en la calle y ganó, fue alcalde esos dos años. Allí vive en la histórica Mission Ranch.
Hoy, un nonagenario Clint Eastwood vive con serenidad el pasar de estos años, ya con una carrera y legado difícilmente igualable. “Verlo envejecer es comprobar que Clint Eastwood también es humano”, escribió un crítico, y es que a veces, nos hace creer que es eterno.
Curiosidades
Casi muere en 1951
El 30 de septiembre de 1951, Clint Eastwood vivió una experiencia que ya parecía de guión. A sus 21 años, cuando estaba en el ejército, viajaba como pasajero en un Skyraider AD-1 de la Armada de EE. UU. pilotado por su teniente. Despegó desde la Estación Aérea Naval de Seattle rumbo a Mather Field, en Sacramento a unos 1400 kilómetros de distancia.
Pero el vuelo se quedó con poco combustible cuando se había recorrido casi todo el trayecto y tras perder a su compañero de vuelo en la niebla, el avión se vio obligado a amerizar frente a la costa de Point Reyes, California. El impacto contra el mar no fue lo último, Eastwood y el piloto tuvieron que luchar durante casi una hora contra la niebla espesa y el fuerte oleaje antes de alcanzar la costa a duras penas.
La noticia salió al día siguiente en la prensa, en el Independent Journal, ambos sobrevivieron gracias a las balsas salvavidas y lograron regresar ilesos a sus unidades, aquel soldado raso estaba lejos todavía de darse a conocer al mundo, pero sin él, el viejo Oeste podía haberse quedado más desierto.
Republicano confeso
Eastwood se ha descrito políticamente siempre como republicano moderado. En 2012, en la Convención Republicana, improvisó un discurso conversando con una silla vacía que representaba al presidente Obama: una escena que en es momento se volvió viral.
Ha defendido causas progresistas como el matrimonio igualitario o la protección del medio ambiente, y en 2020 incluso se desmarcó del presidente Donald Trump para apoyar a Michael Bloomberg, candidato demócrata moderado.
Biografías
A lo largo de los años, Clint Eastwood ha sido objeto de numerosas biografías, análisis críticos y documentales que intentan descifrar su enigmática figura. Entre ellas destaca Clint: The Life and Legend (2002), escrita por el reputado biógrafo Patrick McGilligan, autor también de estudios sobre Alfred Hitchcock, Jack Nicholson o Orson Welles. Su libro, tan minucioso como polémico, examina con lupa las luces y sombras de la vida personal y profesional de Eastwood, ofreciendo una mirada menos complaciente que las autobiografías autorizadas. Una lectura imprescindible para quien quiera entender al hombre detrás del mito..
Enlaces de interés
- Información sobre sus años de juventud en el instituto de Oakland (Inglés): Leer en oaklandtechhistory.com
- La historia de cómo se salvó Eastwood en 1951 del accidente aéreo directo al mar (Inglés). Leer en theaviationgeekclub.com
Legado y por qué recordaremos a Clint Eastwood
Clint Eastwood es un caso único en la historia del cine americano, incansable y casi mitológico, puente entre el Hollywood clásico y el autor moderno. Algunos le han reprochado su estilo tradicional o la frialdad con la que filma la violencia pero en The Film Nook Set creemos que esa rigidez es precisamente lo que define su grandeza.
Su figura como intérprete nos ha dejado personajes que han llenado la pantalla y nos han emocionado desde la acción más épica al drama más intimista. El Hombre sin nombre, Harry Callahan, su crepuscular Munny, o el entrenador de boxeo Frankie Dunn nos quedarán para siempre en la filmoteca del recuerdo.
Y en sus otras facetas —director, productor y músico—, ha demostrado que una estrella puede reinventarse. Que se puede hablar de culpa, violencia y compasión con secuencias memorables, dentro de un cine sobrio y sereno que ha narrado como nadie el conflicto de la condición humana. Durante siete décadas de cine, Clint Eastwood ha sido ese plano fijo que parece quieto… hasta que dispara.
