¿Quién fue Audrey Hepburn?
Datos | Información |
---|---|
Fecha de nacimiento | 4 de mayo de 1929 |
Fecha de fallecimiento | 20 de enero de 1993 (63 años) |
Altura | 1,70 m |
País de origen | Bélgica |
Formación | Arnhem Conservatory (Países Bajos), Sonia Gaskell (Amsterdam), Marie Rambert (Londres) |
Premios destacados | – Óscar (1954 – Vacaciones en Roma)- Globo de Oro (1954)- BAFTA (1953, 1960)- Premio Tony (1954) Ver más premios |
Biografía de Audrey Hepburn
Introducción
Audrey Kathleen Ruston nació en Ixelles, Bruselas, en plena primavera de 1929, sin imaginar que décadas más tarde el mundo la conocería simplemente como Audrey Hepburn, la encarnación misma de la elegancia.
Hija de una baronesa holandesa y un banquero británico, tuvo una infancia menos regalada de lo que su título de “princesa de Hollywood” podría sugerir. Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió la ocupación nazi en Holanda. Llegó a pasar hambre y penurias que afectaron su salud para siempre, pero también forjaron en ella un carácter resiliente y solidario.
De niña soñó con ser bailarina, no estrella de cine, pero el destino tenía otros planes: su gracia natural pronto deslumbró sobre los escenarios y frente a las cámaras. Si algo distinguía a Audrey era esa aura mezcla de inocencia y sofisticación, de timidez y carisma, que la hizo única. “La gente buena se marcha antes de tiempo,” dice un dicho, y quizá por eso Audrey nos dejó a los 63 años por culpa del cáncer, pero no sin antes escribir una historia digna de su leyenda.
Carrera como actriz


El salto a la fama de Audrey fue tan de ensueño como un cuento de hadas moderno. Tras algunos pequeños papeles en películas británicas de finales de los 40, la joven actriz obtuvo en 1951 una oportunidad insólita: la famosa escritora francesa Colette la descubrió en un hotel y quedó convencida de que esa chica delicada y encantadora debía protagonizar la adaptación teatral de Gigi en Broadway. Audrey aceptó el reto y conquistó Nueva York sobre las tablas.
A los pocos años, Hollywood tocó a su puerta con Vacaciones en Roma (1953) –su debut como protagonista en cine– y Audrey no solo enamoró a la audiencia junto a Gregory Peck, sino que se convirtió en la primera actriz en ganar el Óscar, el Globo de Oro y el BAFTA por una sola actuación.
En la comedia romántica de William Wyler, Audrey encarnó a una princesa fugitiva con tal autenticidad, picardía y dulzura que el mundo cayó rendido a sus pies. A partir de entonces, la ascensión de Hepburn fue imparable.
Durante los años 50 y 60 se sucedieron sus papeles más icónicos. En Sabrina (1954), dirigida por Billy Wilder, Audrey brilló como la cenicienta moderna junto a Humphrey Bogart y William Holden, luciendo por primera vez esas siluetas elegantes de Givenchy que la acompañarían de por vida.
Sabrina consolidó la amistad y colaboración con el diseñador Hubert de Givenchy, quien creó para ella vestidos memorables: Audrey se convirtió en su musa, y juntos definieron un estilo clásico-moderno que sigue inspirando la moda hoy. La actriz, menuda y delicada, impuso la “chic minimalista” frente al glamur ostentoso de otras divas de la época. Nunca antes la sencillez había sido tan elegante, y nunca unas cejas pobladas, un moño alto y un vestido negro resultaron tan eternos.

Audrey demostró también su versatilidad: pasó de la comedia al drama con igual magnetismo. En Historia de una monja (1959) dejó de lado la sofisticación para interpretar a una monja belga en conflicto, en una de sus actuaciones más aclamadas.
Con Una cara con ángel (Funny Face, 1957) se atrevió con el musical, bailando jazz en clubes bohemios de París junto a Fred Astaire y mostrando su vis cómica y talento para el baile que venían de su formación en ballet. Y si hablamos de París, Charada (1963) la juntó con Cary Grant en un thriller elegante y divertidísimo, confirmando que su química en pantalla era infalible. Ambas películas fueron dirigidas por Stanley Donen, uno de sus directores predilectos.
En My Fair Lady (1964) se transformó de florista callejera en dama sofisticada, embelesando al público con su carisma como Eliza Doolittle, aunque irónicamente su voz cantada fue doblada –una espinita que le molestó y que la llevó a exclamar con sorna que había “defraudado” a su personaje al no cantar por sí misma. Aun así, su interpretación fue nominada al Óscar y sigue siendo adorada, con vestido de gala o con harapos, porque Audrey brillaba más allá de las notas musicales.
Holly Golightly y desayuno con diamantes
Sería imposible no mencionar Desayuno con diamantes (1961) al hablar de su carrera. Su Holly Golightly, aquella chica neoyorquina aparentemente alocada y amante del lujo, escondía una vulnerabilidad que Audrey transmitió de forma entrañable.

La escena inicial, con ella en su vestido negro, perlas al cuello y croissant en mano frente al escaparate de Tiffany’s, es puro cine en estado icónico. Holly riendo y llorando bajo la lluvia buscando a “Cat” (su gato sin nombre) nos robó el corazón.
Audrey se convirtió en Holly, al punto de que Truman Capote –autor de la novela– admitió que, pese a haber imaginado otra actriz (te lo contamos aquí), Hepburn hizo suyo el personaje para siempre. La película, dirigida por Blake Edwards, regaló además a Audrey uno de sus momentos musicales más recordados: cantando con voz suave la balada “Moon River” desde la ventana de fuego.
Dicen que un ejecutivo quiso eliminar esa canción del filme, calificándola de prescindible, pero Audrey se plantó en contra –“¡sobre mi cadáver!” llegó a insinuar–. Finalmente la canción quedó, ganó el Oscar a Mejor Canción y se convirtió en himno; la propia Hepburn escribió luego una nota de agradecimiento al compositor Henry Mancini: “Tu música nos ha hecho volar”.
Aunque Hollywood la adoraba, Audrey nunca dudó en anteponer su vida personal a los focos. Tras encadenar éxito tras éxito (incluyendo thrillers como Sola en la oscuridad en 1967, donde bordó el papel de una mujer ciega aterrorizada, y el romance agridulce de Dos en la carretera ese mismo año), decidió dar un paso atrás. En los años 60, Hepburn empezó a trabajar menos para dedicarse a aquello que consideraba sus verdaderas joyas: su familia y ayudar a los demás. “Si iba a tener hijos, quería ser la mejor madre posible”, afirmó en más de una ocasión, y lo fue.

Se casó en primeras nupcias con el actor Mel Ferrer en 1954 (con quien coprotagonizó Guerra y paz en 1956) y tuvo a su primer hijo Sean Hepburn Ferrer en 1960. Tras divorciarse, volvió a intentarlo en 1969 con el médico italiano Andrea Dotti, con quien tuvo a su segundo hijo, Luca Dotti, en 1970.
Audrey se alejaba de los sets de rodaje para hacer experimentar una vida sencilla y llevar a sus niños al colegio y cocinar pasta en su casa de Suiza; algo que anhelaba tras años de rodajes. “El amor familiar era su guion favorito”, dirían después sus amigos. Pese a algún regreso puntual –como Robin y Marian (1976) junto a Sean Connery, donde interpretó a una madura Lady Marian, o cameos en películas para amigos como Siempre (Always – 1989) de Spielberg–, donde Hepburn hizo de ángel por un millón de dólares que donó a UNICEF, de quien ya era embajadora.
Además, Always fue el último papel en el cine de Audrey, culminando una carrera inigualable que ha dejando una huella indeleble en el cine.
Por qué recordaremos a Audrey

El legado de Audrey Hepburn trasciende la pantalla. En lo artístico, dejó un estilo interpretativo propio: lejos del método intenso de otras actrices de su época, Audrey aportaba naturalidad y carisma innatos. Sus personajes –princesas, monjas, damas o pícaras– siempre destilaban humanidad y cercanía.
Sin grandes aspavientos, podía transmitir desde la alegría más pura hasta la melancolía más profunda con solo una mirada de sus ojos oscuros. Directores legendarios como William Wyler, Blake Edwards o Stanley Donen la adoraban por su disciplina y encanto; compañeros de reparto como Bogart o Grant elogiaron su profesionalidad y esa mezcla de diversión y elegancia que aportaba en cada rodaje.
Fue, en palabras del American Film Institute, la tercera mayor leyenda femenina del cine clásico de Hollywood, solo por detrás de Katharine Hepburn (curiosamente, su tocaya) y Bette Davis. Y sin embargo, Audrey siempre se tomó la fama con humildad. “No sabía que poseía encanto hasta que me lo dijeron”, bromeó una vez. Quizá ahí radica su magia: nunca perdió la sencillez pese a estar adornada de gloria.
A pesar de su adiós, su estrella de la fama todavía no se ha apagado y seguirá brillando igual que lo hacen los diamantes de Tiffany’s, mientras podamos recordarla en sus películas.
Icono del siglo XX



En términos de ícono cultural, Audrey Hepburn redefinió el concepto de glamour. Ella popularizó el “little black dress” (el vestidito negro corto) convirtiéndolo en prenda imprescindible, puso de moda las bailarinas planas sin renunciar a la elegancia, hizo deseables las cejas gruesas y el estilo preppy. Su imagen desayunando frente a Tiffany’s, con gafas oscuras y aquel croissant, sigue inspirando sesiones de fotos, disfraces y homenajes por doquier.
Se convirtió en una referencia obligada en el mundo de la moda: un icono de estilo del siglo XX, cuyo refinamiento atemporal aún es estudiado y emulado. En una era de voluptuosas sex symbols, Audrey impuso una belleza diferente: delgada, aristocrática y a la vez adorable, demostrando que la elegancia y la bondad nunca pasan de moda.
Labor humanitaria y embajadora de UNICEF

Pero su legado no acaba en el cine ni en la estética. En los últimos años de su vida, Audrey encontró una segunda vocación como humanitaria. En 1988 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF, y se entregó en cuerpo y alma a ayudar a niños necesitados, recordando que ella misma recibió ayuda internacional de niña tras la guerra. Viajó incansablemente por África, Asia y Latinoamérica visibilizando crisis humanitarias, llevando esperanza y usando su fama para un bien mayor.
En 1992, debilitada por el cáncer, aún hizo un último viaje solidario a Somalia. Ese mismo año Estados Unidos le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad por su labor humanitaria, un honor que ella valoró más que cualquier premio de Hollywood. Y a título póstumo, la Academia de Cine le concedió el Premio humanitario Jean Hersholt (su segundo Óscar) en 1993, reconociendo que la estrella de Audrey brilló tanto fuera como dentro de la pantalla.
Audrey Hepburn fallecimiento
Audrey Hepburn falleció el 20 de enero de 1993 en Tolochenaz, Suiza, por culpa de un cáncer apendicular, rodeada de su familia y habiendo hecho las paces con la vida.
Elizabeth Taylor dijo aquel día: “Dios estará contento de tener un ángel como Audrey con Él.” Ese ángel de rostro dulce nos dejó físicamente, pero su presencia sigue viva en cada nuevo visionado de sus películas y en cada acto de generosidad que inspira.

Su influencia es imperecedera: actrices de todas las generaciones la citan como referencia (de Emma Thompson a Natalie Portman), diseñadores siguen recreando su icónico estilo que marcó la moda, y el público continúa enamorado de esa mezcla irrepetible de glamour y calidez humana. Audrey revolucionó el Hollywood dorado sin estridencias, con la sola arma de su encanto. No habrá otra como ella, pero por fortuna siempre nos quedarán París, Tiffany’s y los recuerdos de su eterna sonrisa.
Películas de Audrey Hepburn
Título en España | Título original | Año |
---|---|---|
La rosa de Holanda [*1] | Nederlands in 7 lessen | 1948 |
Risa en el paraíso | Laughter in Paradise | 1951 |
Oro en barras | The Lavender Hill Mob | 1951 |
Americanos en Montecarlo | Monte Carlo Baby (Nous irons à Monte Carlo) | 1951 |
The Young Wives’ Tale [*2] | The Young Wives’ Tale | 1951 |
Secret People | Secret People | 1952 |
Vacaciones en Roma | Roman Holiday | 1953 |
Sabrina | Sabrina | 1954 |
Una cara con Ángel | Funny Face | 1957 |
Ariane | Love in the Afternoon | 1957 |
Mayerling [*3] | Mayerling | 1957 |
Guerra y paz | War and Peace | 1956 |
Historia de una monja | The Nun’s Story | 1959 |
Mansiones verdes | Green Mansions | 1959 |
Los que no perdonan | The Unforgiven | 1960 |
Desayuno con diamantes | Breakfast at Tiffany’s | 1961 |
La calumnia | The Children’s Hour | 1961 |
Charada | Charade | 1963 |
Encuentro en París | Paris When It Sizzles | 1964 |
My Fair Lady | My Fair Lady | 1964 |
Cómo robar un millón | How to Steal a Million | 1966 |
Sola en la oscuridad | Wait Until Dark | 1967 |
Dos en la carretera | Two for the Road | 1967 |
Robin y Marian | Robin and Marian | 1976 |
Lazos de sangre | Bloodline | 1979 |
Todos rieron | They All Laughed | 1981 |
Amor entre ladrones [*4] | Love Among Thieves | 1987 |
Siempre (Para siempre) | Always | 1989 |
Notas:
[*1] Nederlands in 7 lessen fue un cortometraje documental educativo en el que Hepburn aparece brevemente como azafata, su primera incursión cinematográfica.
[*2] The Young Wives’ Tale (1951) no tuvo un título comercial conocido en España; se trata de una comedia británica donde Audrey tuvo un pequeño papel como la hija de unos vecinos.
[*3] Mayerling (1957) fue un telefilme para la NBC, estrenado en España tiempo después; Audrey interpretó a la Baronesa María Vetsera junto a Mel Ferrer.
[*4] Amor entre ladrones fue un telefilm de 1987 producido para la TV, uno de los últimos trabajos interpretativos de Hepburn.
Curiosidades sobre Audrey Hepburn

- Políglota y ciudadana del mundo: Audrey creció hablando inglés, neerlandés y francés, y con los años sumó el italiano y algo de español. Esta habilidad la ayudó a moverse con soltura por Europa y Hollywood. De padre británico y madre holandesa, nació en Bélgica y vivió entre Londres, Arnhem (Países Bajos) y Los Ángeles. Quizá por eso tenía un acento tan particular y elegante, difícil de encasillar.
- Musa de Givenchy: La química entre Hepburn y el diseñador Hubert de Givenchy fue legendaria. Cuando Audrey apareció por primera vez en el taller del modisto en 1953, él esperaba a Katharine Hepburn (la apellidada Hepburn que él conocía) y se llevó la sorpresa de conocer a Audrey. Desde entonces, se hicieron amigos íntimos. Givenchy creó el famoso vestido negro de Breakfast at Tiffany’s, así como su vestuario en Sabrina, Funny Face, Charada, etc. Audrey solía decir: “El vestido de Givenchy es el único que me sienta bien”. En agradecimiento, Givenchy incluso bautizó un perfume en su honor: “L’Interdit” (El Prohibido), dedicado a Audrey en 1957.
- Frases célebres y filosofía de vida: Hepburn nos dejó reflexiones llenas de optimismo y bondad. Una de sus citas más conocidas es: “A medida que crezcas, descubrirás que tienes dos manos: una para ayudarte a ti mismo y otra para ayudar a los demás.” Esta frase resume su espíritu altruista. También solía decir: “La elegancia es la única belleza que nunca desaparece”, alineando su visión estética con la personal. Y una de las favoritas del público: “Paris es siempre una buena idea”, frase pronunciada por su personaje en Sabrina pero que muchos atribuyen a Audrey misma, reflejando su amor por la Ciudad Luz. En lo personal, se consideraba una mujer sencilla: “Mi mayor ambición es llevar una vida plenamente normal”, confesó en una entrevista, algo irónico siendo una superestrella internacional.
- Anécdotas de rodaje: En Sabrina, Audrey sufrió una caída de caballo que casi retrasa la filmación, pero Billy Wilder incorporó su pierna vendada en una escena para no detener el rodaje –¡y pasó desapercibido en el metraje final! Durante My Fair Lady, molesta por no cantar con su voz, Audrey abandonó el set un día; al siguiente regresó disculpándose con el equipo por su arrebato, demostrando su profesionalidad. Cary Grant bromeaba con Audrey (que entonces tenía 34 años) sobre que era “demasiado joven” para él, y de echo esto puso en riesgo la participación del actor en la película, te lo contamos en nuestro análisis de Charada.
- Su funeral y despedida: El adiós a Audrey fue tan emotivo como sus películas. En su funeral en la pequeña localidad suiza donde residía, sonó de fondo “Moon River”, arrancando lágrimas a todos los presentes. Gregory Peck, su gran amigo, leyó entre sollozos el poema “Unending Love” de Tagore como tributo. Un enorme arreglo de tulipanes blancos –su flor favorita– decoraba la iglesia; años después, Holanda nombraría una variedad de tulipán blanco “Audrey Hepburn” en su honor. Sus hijos, Sean y Luca, crearon la Fundación Audrey Hepburn para continuar su labor benéfica, subastando vestidos y recuerdos suyos para recaudar fondos para niños necesitados. Audrey dejó instrucciones claras de que no quería un gran circo mediático, y se cumplió su deseo: fue una ceremonia íntima, elegante y llena de amor, exactamente como la vida que llevó.

Amiga de los animales (¡y madre de un ciervo!): Amante de la naturaleza, Audrey tenía debilidad por los animales. Durante el rodaje de Mansiones verdes (1959) entabló una relación muy especial con el cervatillo con el que compartía escenas. Tanto así que decidió adoptarlo al terminar la filmación. Lo llamó Pippin (o cariñosamente “Ip”) y lo crió como mascota en su casa. Era común verla en Beverly Hills paseando con el ciervo, incluso entrando con él a las tiendas como si fuera un perrito. La imagen de Audrey comprando leche con “Ip” trota a su lado es casi de cuento. Además del ciervo, adoraba a los perros (tenía un yorkshire llamado Mr. Famous que aparece con ella en fotos promocionales) y, por supuesto, a los gatos: el famoso gato naranja de Desayuno con diamantes se llamaba Orangey, y Audrey se encariñó tanto con él que exigió que tuviera su propio crédito en la película.
- Musical sobre Audrey Hepburn: Audrey Hepburn será homenajeada con un musical que se estrenará en Madrid, tercera capital del mundo en el negocio de los musicales, titulado «Buscando a Audrey». Este espectáculo, que se presentará el 27 de noviembre de 2025 en un nuevo teatro que llevará el nombre de la actriz, cuenta con la colaboración de Sean Hepburn Ferrer, hijo de Audrey, junto al guionista José Ignacio Salmerón y el compositor Fernando Velázquez. La trama se desarrollará en Broadway, y el director y productor tendrán el gran desafío de encontrar a la protagonista perfecta para interpretar a la legendaria actriz. Además, el musical incluirá la última canción inédita de Henry Mancini, Cuando Hay Amor, celebrando los más de 100 años desde el nacimiento del compositor.
EGOT y premios de Audrey Hepburn

Aunque es algo que ella nunca buscó a propósito, Audrey Hepburn pertenece al exclusivo club de artistas con EGOT (ganadores de Emmy, Grammy, Óscar y Tony), al igual que Rita Moreno, la inolvidable latina que hizo de Anita en la película West Side Story de 1961.
- Obtuvo el Tony en 1954 por la obra Ondine
- El Óscar ese mismo año por Vacaciones en Roma
- Emmy en 1993 por el documental televisivo Gardens of the World
- Grammy póstumo en 1994 por el álbum hablado Audrey Hepburn’s Enchanted Tales.
Pocos artistas han logrado semejante hazaña, prueba de que su talento trascendió medios y formatos.
Ver todos los premios y nominaciones de Audrey
Nominaciones al Óscar
- 1954: Ganadora a Mejor Actriz por Vacaciones en Roma.
- 1955: Nominada a Mejor Actriz por Sabrina.
- 1960: Nominada a Mejor Actriz por Historia de una monja.
- 1962: Nominada a Mejor Actriz por Desayuno con diamantes.
- 1968: Nominada a Mejor Actriz por Sola en la oscuridad.
- 1993: Ganadora del Premio Humanitario Jean Hersholt (póstumo).
Globos de Oro
- 1954: Ganadora a Mejor Actriz – Drama por Vacaciones en Roma.
- 1955: Ganadora del Premio Henrietta a la Actriz Favorita del Mundo.
- 1957: Nominada a Mejor Actriz – Drama por Guerra y paz.
- 1958: Nominada a Mejor Actriz – Comedia por Ariane.
- 1960: Nominada a Mejor Actriz – Drama por Historia de una monja.
- 1962: Nominada a Mejor Actriz – Comedia por Desayuno con diamantes.
- 1964: Nominada a Mejor Actriz – Comedia por Charada.
- 1965: Nominada a Mejor Actriz – Comedia por My Fair Lady.
- 1968: Nominada a Mejor Actriz – Comedia por Dos en la carretera.
- 1968: Nominada a Mejor Actriz – Drama por Sola en la oscuridad.
- 1990: Ganadora del Premio Cecil B. DeMille por su trayectoria.
Premios BAFTA
- 1954: Ganadora a Mejor Actriz Británica por Vacaciones en Roma.
- 1955: Nominada a Mejor Actriz Británica por Sabrina.
- 1957: Nominada a Mejor Actriz Británica por Guerra y paz.
- 1960: Ganadora a Mejor Actriz Británica por Historia de una monja.
- 1965: Ganadora a Mejor Actriz Británica por Charada.
- 1992: Ganadora del BAFTA Special Award por su trayectoria.
Premios Tony
- 1954: Ganadora a Mejor Actriz en una Obra por Ondine.
- 1968: Ganadora del Special Tony Award por su contribución al teatro.
Círculo de Críticos de Nueva York
- 1953: Ganadora a Mejor Actriz por Vacaciones en Roma.
- 1955: Nominada a Mejor Actriz por Sabrina.
- 1957: Nominada a Mejor Actriz por Ariane.
- 1959: Ganadora a Mejor Actriz por Historia de una monja.
- 1964: Nominada a Mejor Actriz por My Fair Lady.
- 1968: Nominada a Mejor Actriz por Sola en la oscuridad.
Festival de San Sebastián
- 1959: Ganadora de la Concha de Plata a Mejor Actriz por Historia de una monja.
Otros Reconocimientos
- 1991: Ganadora del Bambi Honorífico.
- 1991: Ganadora del Golden Plate Award por su contribución a las artes y al servicio público.
- 1991: Homenajeada en la Gala Tribute de la Film Society of Lincoln Center.
- 1991: Homenajeada como Master Screen Artist en el USA Film Festival.
- 1996: Ganadora del Crystal Award (póstumo) por sus esfuerzos en expandir el papel de las mujeres en la industria del entretenimiento.
Enlaces de interés y fuentes
- abc.es (2017). Tercer lugar de la lista de las 50 actrices más legendarias de la historia – ABC.
- unicef.org: UNICEF – Audrey Hepburn, Embajadora de Buena Voluntad – Resumen de su labor humanitaria.
- Wikipedia: Vida, matrimonio y fallecimiento.
- Instagram: Perfil conmemorativo de Audrey.
- YouTube: Entrevistas para el musical de Audrey Hepburn
Conclusión The Film Nook Set

Detrás de una estrella de cine impecable había una mujer con una fortaleza serena y un corazón inmenso. Audrey nos enseñó que la clase no está solo en el porte, sino también en los actos. Con su sonrisa iluminó la pantalla y con su empatía iluminó el mundo. Si en aquella mítica escena final de Desayuno con diamantes aparece empapada bajo la lluvia abrazando a su gato, nosotros la seguiremos abrazando en la memoria colectiva: eterna, inspiradora e irrepetible.
Deja una respuesta